miércoles, 22 de septiembre de 2010

Lo sé.

Debería dejar de pensarte, o quizás
construir con papel un barquito de vela
con nuestros nombres pintados en el casco,
soltarlo por fin de mi puerto
y mirarlo con tu adiós como bandera.
Sin embargo, aún me comparto
contigo en éste mi tiempo
que ahora, solo, sólo sabe a mío,
no lo he llenado con versos
ni sellado con labios,
ni con tardes de horizontes bellos
que si bien guiñen maravillas,
sin tu mano encima de la mía
no se alumbran con poesía.

De vez en cuando, es decir,
cuando tu recuerdo se quiebra
cual hoja seca en mis manos,
recurro con nostalgia a la ciencia para salvarlo,
y postrado ante tu cama,
le aplico respiración de boca a verso
y cuando por fin siento de nuevo su aliento,
secó la cara, elevo un suspiro
y de nuevo te rezo en secreto.

Debería, lo sé, dejar de invocarte,
dejar de sentirte, dejar de pensarte,
borrar los verbos de todos tus versos,
dejar que tu tiempo en el mío
se pierda en la oscuridad del tintero
en donde habita el color con el que escribo olvido,
y mirar tu bandera, al fin, hacerse a la vela.

Due® 22.09.10

1 comentario:

Norma Ruiz dijo...

sublimes versos
de una excelente calidad literaria.
un placer
abrazos