martes, 7 de diciembre de 2010

Alardes

Hay veces que la soledad es tan tremenda,
pero también tan tierna, que no basta para
sentirse solo al caminar por las aceras,
ni hay angustia vasta que apague el creer
que en cada esquina tú darás la vuelta
con tus aleluyas, con algún tímido he vuelto,
con alguna esperanza,

hay veces que mi soledad está tan sola,
tan ocupada con las cosas de a de veras,
que tal vez si llorara se le quitaría la pena o
quizás, pudría ser también, que te olvidara,

entonces vienes tú a la mente erizándome
los verbos, la piel y salándome los dulces
repasos de los tiempos idos en donde
con un poco de alevosía, seamos justos,
aquí te me quedaste,

mi soledad esta completamente sola,
como alimento para un verso
como el titubeo de los párpados cerrados
al querer su luz del día sabiendo
que sencillamente no has vuelto

y entonces sí,
mi soledad esta completa cuando me la compañas
cuando haces en mi mente tremendos alardes
de regresos de a mentiras, cuando no queda saliva,
ni agua, ni siquiera pan del otro día
para que se pase el nudo en la garganta.

Due® 06.12.10

Aquí estoy

con el alma abierta para sujetar tu manos
y detenerte por si acaso alguna secta te detecta
y pretende erigirte en la virgen de su templo,
y no es que tú no lo merezcas, mandarina,
pero no sabrían como yo cual es el rincón
del corazón que más te sienta y en el suyo,
por poca adoración o por descuido,
podría darte frío,
podrían olvidarte,
quizás cerraran la ermita,

con la mano abierta asiéndome a la soga
del badajo que le obligue a la campana a tocar
once campanadas cuando la razón repose,
cuando en un suspiro duerma de cansada
y no te mire,
y crea no sentirte y crea que te hiciste a otra poesía
en otros poemas como se hizo a la mar
el velerito de papel que tiene inscritas
en el casco nuestra historia,
y sepa entender al fin este dolor
de muerte que en un rara argucia,
en una extraña broma,
convocó a la vida para que,
con cariño, con amor, amor,
en ella brevemente, coincidiéramos.

Due® 01.11.10

domingo, 28 de noviembre de 2010

Mujeres golpeadas.

El golpe en los autos fue cosa de nada, a caso un rayón en cada salpicadera y listo. Sin embargo ambos conductores bajaron de sus vehículos y se encararon fieramente. La danza de los machos comenzó. El más fuerte dando ridículos brinquitos mientras aleteaba los puños frente a la cara del más débil que, a su vez, bailaba su dancita escapando con pasos pequeñitos y sus puños en guardia sobre su cara protegiéndola. Se miraban seriamente, se ofendían, se deseaban la muerte pero ninguno de los dos daba el primer golpe.

De pronto, la esposa del más fuerte, a la que se le veía un moretón antiguo en un ojo y uno fresco sobre los labios, salió del auto con una barra de acero en la mano, rodeo los autos y se aposto atrás de los rijosos. En un descuido, descargó un mortal golpe sobre la cabeza del mas fuerte, es decir, sobre la cabeza de su marido.

El cuerpo sin vida calló sobre la acera a los pies del pasmado rival que no se movía y que sólo miraba como su diminuta esposa bajaba de su auto con tremendos esfuerzos debido a que el cabestrillo sobre su brazo derecho no le permitía toda la movilidad que hubiera querido, la mujer pequeña, siempre decidida a resolver los problema, llegó al lugar de los hechos, tomó la barra de acero de las manos de la mujer homicida, la puso en las de su marido que la aceptó sin saber el porqué, abrazó con fuerza y complicidad a la mujer del muerto inmovilizándola por completo mientras que los policías llegaban con sus armas de cargo desenfundadas y ella, la pequeña, llorando y simulando una perfecta histeria, le decía a su marido asegurándose que los policías la escucharan sin dudas; ¡Maldito homicida! ¿Por qué lo mataste si el señor estaba de acuerdo en pagar los daños?

Due®27.11.10

jueves, 25 de noviembre de 2010

Santísimas pinches cadenas

Una bala en el cerebro, veneno, disfrazarse y empujarlo por la espalda a las vías del metro, pedir un auto prestado y pasar sobre su cuerpo lo menos siete veces. Todo lo había pensado y la conclusión era que no, su muerte no pagaría el daño que le había hecho ése sujeto. Su muerte no saciaría su sed de venganza.

Fue a la penitenciaría en donde un conocido de él purgaba perpetua por haber matado con inaudita saña a sus vecinos, incluidos cinco niños y dos canarios, que, según él decía, le enfermaban. Y no, por ahí tampoco iba la cosa, las puñaladas no eran lo de él. Acudió con un clérigo y éste no le convenció de la existencia del averno, así que matarlo definitivamente no era la solución.

Pasó el tiempo que todo lo cura y el seguía enfermo aunque ya tenía en mente la solución. Sin embargo el destino lo puso ante su computadora un día de mucho trabajo, era tanto el quehacer que por supuesto no le quedo más remedio que leer las cadenas que llegaban de a montón y de las cuales sólo respondía, o mejor dicho, sólo reenviaba, las que hacían la alusión de perder el alma, y después al morir, no conocer al Creador si en menos de equis minutos no la había mandado lo menos a 10 personas.

Afortunadamente el trabajo no lo distrajo ya que en el último email estaba lo que tanto había buscado. La certera venganza.

Leyó con singular atención la cadena que decía; el Divino Verbo te otorgará un deseo en menos de media hora si envías esta imagen a 10 personas (…imagen de Cristo sangrando en la cruz, con un par de ángeles consolándolo) si no lo haces, por muy piadoso que hayas sido en vida, jamás conocerás al Señor, ésta es su única invitación.

De inmediato abrió un navegador y buscó con denuedo la dirección electrónica de aquél que le había envenenado el alma, bien sabía que ése sujeto borraba todo tipo de spam antes de leerlo, así pues, borrando aquel email, no había oportunidad de que cuando pidiera su deseo algún envidioso, por su puesto aquel a quien quería hacerle el mal, se lo exorcizara y si aquel odiado no lo había borrado, siempre quedaba su experiencia como haker, además curioso como era, podía también leer las todas las pendejadas de que hubiera escrito, claro, después de re enviar la cadena.

En la búsqueda de la dirección de su odiado rival, pasó por el Facebook de San Judas Tadeo, por el de San Pedro y también por el de dos expresidentes vivos de los cuales, de verdad, no valía la pena ni dejarles una mentada de madre en el libro de visitas.

Abrió su bandeja de “nuevos”, copió la dirección de sus 9 amigos, se tronó lo dedos con verdadera angustia ya que el tiempo apremiaba y no tenía más que ésas direcciones. Su dilema ahora era, ¿enviaba la cadena a uno de los Santos o por fastidiar a los dos expresidentes?, la solución no era sencilla, así que la respuesta la echó a la suerte mientras con todo fervor, en el momento mismo de dar el clic, pedía su deseo.

Nunca supo si su deseo se cumplió, ya que a la semana siguiente un camión cargado de 45 toneladas de cemento le pasó las primeras tres ruedas en paralelo por arriba de sus piernas y las otras tres por la cabeza, matándolo, increíble, pero cierto, muy lentamente, su ultimo pensamiento no fue para su familia, ni de odio para el tipo que le había envenenado la existencia, lo ultimo que pasó por su mente fue; pinches cadenas.

Las puertas del Reino estaban de par en par abiertas y el hall desolado, pero ahí mismo, debajo del sagrado quicio, supo que todos tenían, después de entregar el equipo, que pasar por ahí.
También se enteró que San Pedro, a quien al azar había escogido en su cadena de envíos y 10 de sus camaradas estaban de vacaciones, pues Santísima la cadena como era, les había cumplido un deseo milenariamente atrasado.

Due®
24.11.10

Nombre.

arrumbado,
escribiendo con los huesos,
con la punta fracturada de la espina,
con la tinta de medusa blanca,
con los huesos pálidos después del semen,
de sus aleluyas y
su muerte en la mortaja de la cama,
con la médula expuesta a los dolores,
al viento de las alas de los versos,
al recuerdo del calostro tibio,
al frío de los huesos apenas
recubiertos con gusanos,

laja, mármol negro,
lienzo de la tierra,
eterno cielo raso,
cúbrete de letras,
dale paso por tu cuerpo al epitafio
sólo falta eso del despojo que aquí
araña en su morada.

Due® 26.11.10

martes, 23 de noviembre de 2010

Intentos.

Un día, quiera Dios no sea una noche,
habrá que guardar en la caja de los tiempos
tus pasos por mi tiempo, tu mirada verde,
tu trigal cabello, los reclamos por tenues
que hayan sido y las medrosas oración que
por miedo a la luz jamás hicieron ruido,

tendremos que cambiar de tu cajón
a mis valija la cajita donde duermen
los recuerdos, los olanes de tu blusa
adolescente junto a los papeles que se
escribieron desde aquellos tiempos con
nuestros sentimientos, las postales que
entregamos personalmente por desconfiar
de los correos, la cadenita sin valor
con el valor de una vida, ¿Acaso dos?

Un día que haya luz, espero que la haya, tendré
que aceitar los goznes de los puentes, tomar valor,
bajarlos, echar agua de por medio y subirlos nuevamente,
caminar al nuevo horizonte esperando que el sol
cual faro de oriente ilumine incluso por las noches,
abrir el pecho y recitar, ojalá que con amor dormido,
o al menos con cariño, el adiós.

Lo triste de que se sepa que no hay más,
es que se sabe que lo que se dio cedió completo y
no quedó ni un beso, ni una caricia en el alma,
ni una palabra, ni un juramento, ni una lágrima,
ni una letra en el tintero que no hicieran el intento.

Due® 23.11.10

lunes, 22 de noviembre de 2010

Antojos.

Que manía esa de la luna
de salir completa sobre los hombros
de los árboles tatuados con tu nombre,
enredada entre los cables sobre los tejados
de las bajas casas y las calles que nunca caminamos,
coloradita como si aún tuviera pena
que de cuando en cuando te la dedicara,
y a solas te la siga dedicando,
que extravagancia esta de mi negro cielo
que tal vez como remedio la arropa
cual si el frío le pegara en las mejillas
hasta apenarla nuevamente
y cambiar su faz a blanco perla
que tanto me recuerda los vírgenes papeles
en donde escribo lo que nunca lees
y tus uñas que comías como el antojo del antojo
de cerrar los labios para no decirme nada .

Que manía la mía de de seguir sentándome
a fumar ideas en el quicio de la puerta,
mirando el viento,
mirando nada, acaso el recuerdo,
mirando tus ojos en la cara bella de la luna,
comprendiendo que no importa la distancia,
sabiendo en la piel que aún en mí conservas
esa tu manía tan fiera, pero aún tan tierna
que siempre tuviste de hacer,
que mire lo que mire, por ti, me truene los dedos.

Due® 21.11.10

sábado, 13 de noviembre de 2010

Pensándolos bien.

Mientras mi padre caía tranquilo desde el inmenso cielo de su cama donde reposaba, abatido únicamente por el cúmulo de años sobres sus espaldas, hasta el frío suelo que fue la única muralla que no cedió ante sus sueños. Yo divagaba a tu lado a doscientos kilómetros de él con hacerle el amor a tu alma, soñaba con cerrarte la luz con un par de besos y apagarte el sonido con la humedad de mi aliento. Mientras él allá se precipitaba con azoro al final del camino, yo chasqueaba los dedos calculando la fuerza que deberían tener para despojarte de todos tus miedos, de tus zapatos, los jeans, tu playera endemoniadamente negra y todos tus interiores. Calculaba lo alto de tu cama con respecto a la altura de tu cuerpo cuando te postrabas ante mí de hinojos exponiendo al aire y a mi mirada la delicada carne que revestía tus huesos, y despacio, y con firmeza, reposabas tu rostro de medialuna en mis piernas mientras tu mirada verde de mar en calma chicha me pedía a gritos que acariciara uno a uno tus cabellos, beso a beso tu nuca y palmo a palmo, desde el inicio, hasta el fin, tu espalda. Calculaba como usurero en que parte de tu cuerpo de leche habrían de posarse morbosos mis ojos para que el sonrojo de tus azucaradas mejillas me redituara el mejor dividendo, y después sin miramientos, cobrarlo. Mientras él, tipo decente y honesto, desde el suelo con su último aliento se asía a la cobija de la cama como si ésta fuera la soga que le pudiera retener un poco más en el mar cotidiano del día a día y no su mortaja, y su vida se escurría por sus lagrimales, yo, un tipo un tanto como él y un tanto por ti tal vez bastante lascivo, pensaba en el brillo de diamante que reflejaran tus lágrimas sobre mi pecho desnudo la tarde que hicimos el amor con tan buena manufactura, que en el remanso aquel que regala la vida, y en donde no se sabe si de verdad se continua en el mundo o exánime definitivamente sobre la cama el alma abandona al cuerpo dejándolo como despojo, y que se da eterno siempre entre orgasmo y orgasmo cuando éstos han sido verdaderamente benévolos, únicamente atinaste a cuestionarme con ingenuidad lo único que en ese momento yo no podía explicarte, pues hasta ese momento no llevaba en el corazón la respuesta ¿qué será eso de estar muerto?
Mientras él allá soltaba su último pensamiento junto a su aliento y yo junto a ti soltaba uno nuevo, quizás tú en ese momento, no lo sé, sólo tú puedes saberlo, pensabas en la inmortalidad del cangrejo.

Due®

Mirada.

cuando se me caigan los ojos
en esta soledad tan alevosa y
la desesperanza los abrase en su caída
a los cuencos de tus manos lívidas
pálidas
frías y
las abras al sentir su paso y
les niegues el abrazo donde
ya no quedan ascuas que los vivifiquen
ni fuerza en las muñecas
ni ganas en las ganas
ni astas en la luna
ni esté dispuesta para ellos la manga
del mago con chistera o
no te plazca abrir la fosa donde está enterrado
el hilo negro con el que se hilan los rosarios y
rueden por el piso virgen de tus pasos y
se escondan a la vera de la acera y
en su rodar alguna piedra los detenga
a beber un poco de agua
a lamérselas heridas
a dolerse de la vida y
después a enterrarse entre la tierra y
con una lágrima Dios quiera
algo germine de ella
no lo dudes
lo que brotará con vida nueva
será otro color de tu mirada
junto a mi esperanza.

Due® 09.11.10

Oferta.

quedaría contigo cualquier día
a un café endulzado con apuestas
de los juegos de atisbos y
a leer en los silencios fantasías
esperanzas
cuentos e
incluso los acentos mudos
del mirarme en el mar de tu mirada

quedaría a tu lado a disipar
el humo del cigarro y
lo espeso de las dudas

un día y el otro
una noche
Dios lo quiera y
todas las que el tiempo tenga

quedaría contigo hasta que el tiempo
diera el sepia a la fotografía y
el polvo debajo de la carpetita
fuera nuestra historia bien contada o
hasta que las rodillas requirieran
del cobijo de una manta

quedaría amor
a tu lado a partir el pan sobre la mesa y
a saborearlo
con café o sin él
haciéndote la misa.

Due® 08.11.10

Rota.

¡Ah!, cuanta añoranza. El árbol mutilado
justo en el centro donde la corteza había
anidado para que crecieran algunas iniciales,
el desbarajuste de las emociones cuando distraída
en lo distante suena una arcaica melodía casi, casi olvidada,
el aroma de otra sopa que recuerda a una abuela
que apagó la estufa, metió en las maletas el aliento
que entibiaba el pan cocido en el hogar de la familia
y que tomó sus vacaciones vitalicias hace un lustro
¿o fueron hace dos melancolías?
el color del horizonte mandarina ahorcado en la mirada,
una luna, una media luna, una ausencia negra noche
recordada a las velas de la esperanza. Una calle rota,
una parte de la vida rota, tu presencia rota y saber
con cabalística certeza que mi nostalgia es mas sencilla
pero más severa, y más madura, más perversa,
y que llegó de tu partida enconándose en el desamparo
como si tuviera el corazón tan indulgente como para
no empañarme la mirada cada media tarde al recordar
de ti bellas trivialidades, o tu paso corazón, tu paso.

Due® 4.11.10

Puntos.

en esta tarde en la que los vientos
mueven los molinos de recuerdos
y los puntos y a parte,
los comas temporales e inducidos y
los lunares sobre las delgadas ies
se amasan en la misma cama
en donde bautizamos nuestros cuerpos
con agüita de azahar, mandarina,
manzanilla, piel y verbo, y
junto al azar encaprichado y celoso
intentan enredarse cual olvido a nuestro sino
porque no soportan el ver que el amor que te profeso
cumplió el requisito y la forma
de hacerte religión sin cruz,
sin sermones ni palabrería, y
que nuestra biblia son los versos
que escribí sobre tu espalda y
repetí en tu poemario, y
que después de ti y de mí
se quedarán como vestigio
de dolor de corazón y huesos,
de la ansiedad y la nostalgia,
del tú allá y el yo aquí,
para que un ingenuo sentimiento
o mil o mas creyentes lean
que el amor por ti amor vuela libre
a donde quiera con el viento y
a pesar de los molinos, esto corazón,
continúa después de ellos
del viento,
de todos,
y de todo,
en los puntos que dejamos suspensivos.

Due® 7.11.10

Visiones.

no ha sido fácil desenmarañar la vida
para encontrar que a cada nudo de la hebra
al esconderlo en la oscuridad bajo los párpados
yo le daba vida y
que al abrir los ojos en la oscuridad
de aquellas noches que aterraban
eran esos nudos los fantasmas que plañían
que pedían vida que ironía
que pedían muerte y
sin obtenerla se reproducían

cuanto yerro por ingenuidad
ingenuidad
temor o
falta de experiencia se anudaron con los años
cuan enorme se fue haciendo la madeja
cuanto aullar de los fantasmas hijos de mis fallos y
que fácil era detener la rueca y
peinar la lana y
tejer sin prisa y
sentarme en el espejo a mirarme el rostro
con los párpados abiertos y
el corazón abierto y
el alma abierta y
el sepulcro abierto
para que reposen los fantasmas en silencio y
regresen vivir su eterna muerte
mientras yo me quedo a morir por fin en paz la vida.

Due® 39.10.10

Siempre.

Lo sé, no es de amor,
pero me duelen tanto las piernas de madera
con su aserrín escurriendo por la ingle,
con sus rodillas tembleques y medrosas
de mirarte siempre -lo notas corazón,
de nuevo dije siempre,
palabra que ahora suena imposible-,
cuando estas en mí sabiendo
que has doblado por la esquina
de mi incertidumbre,
me duelen tanto por las idas y las vueltas
dentro de la jaula del fantasma del no vuelves
y de pararme de puntitas ajustado a los barrotes
para ver como se escurre nuestro horizonte,

¿qué he de hacer para calmarles el dolor
y la angustia de no saber por donde corre tu acera,
qué he de hacer para de nuevo volverlas sensibles
como fueron y que se borre el verso que les escribí
con la alevosía del buril y que copie de tu espalda?,

lo sé amor, el corazón no duele como dicen,
eso es sólo cosa de poetas, será tal vez por ello
que me duelen al sentirse de tus huellas huérfanas
o por este caminar y caminar y caminar sin encontrar
el rumbo de tus besos, lo sé, no es de amor
este dolor en la madera, es de ti amor y del pretexto
que me urge de que duela siempre tu ausencia.


Due®

jueves, 21 de octubre de 2010

Supervivencia.

y saber que el toque exacto
para trastocar la realidad de todos los sueños
en hermosas fantasías son tus labios,
tus ojos verdes cual la mar en calma,
tus pestañas celda de todos mis versos
y las emociones de tu espalda salpicada de lunares
cual migajas de luna en temporada
y no mis letras que no cambian nada,
ni las páginas enteras
que se mueren en el cesto tras la puerta,

muero corazón de nada
y de todos tus recuerdos,
muero mentiroso cual poeta
pues sigo respirando y
sé que sólo dueles en el pecho
y en el rincón de las carencias,

ardes a rabiar dos pasos antes del confesionario
y en el arrepentimiento de la media vuelta,
¡ay amor!
he llegado al grado del nefasto circulo del ocio
al escribirte y leerme sólo por instinto de supervivencia.

Due® 21.10.10

sábado, 9 de octubre de 2010

Aromas.

ya no te reflejas más
en ninguna mísera retina,
que pálido es tu designio,
sólo queda tu hermoso aroma
pues los ojos junto a las miradas cual hollejos
fueron ya cosecha malograda
en la ultima vendimia,
los rayos de tu sangre ya no ofenden,
no se escuchan ni en los gritos de piedad
del tímido huele de noche,
la luna sangra ya sus últimos detritos,
escogiste perfumarte esta vez
con almendras y adelfas,
palma pues maldito ángel,
muere una y otra vez velado
en el silencio de cada madrugada…

Due® 09.10.10

jueves, 7 de octubre de 2010

Del alma.

Acaso cerniendo por las madrugadas
mi fe y la esperanza junto a la luz
de los luceros tímidos y tibios
que sólo tendrán brío para prender
las ascuas que deja el olvido.
La noche caerá como siempre
y se tornará en mí eterna con color de plomo.
Te iras, pues en tu sino no había cabida
para éste loco enamorado que cambio la ruta
del destino que marcaban sus once campanadas
por el verde mar de tu mirada.
¿Para qué entonces quiero luz de aurora
si lo que calienta el corazón,
lo que llena el presente de vital amor es saber
de tu mano en la mía,
mi cabeza en tu hombro
y la huella de tu vida en mis pasos?

La noche, espero la noche redimiendo las angustias
con un tónico de medialuna a cucharadas grandes
y calentándome los labios ya no con los tuyos,
ya con un té de manzanilla ¡ah! que remedios,
todos parte de tu parte, ésa que a flor de mí dejaste.
Cuando te vayas no habrá alborada
¿para qué habría de haberla si la luz,
luz del alma mía, eres tú cual faro protector
del puerto aquí en mi mirada?

Lo sé, muero de trivialidades.
¿Pero qué sería ahora de mi historia
corazón del alma mía sin tu paso por mi vida?

Due® 06.10.10

martes, 5 de octubre de 2010

Caracola.

ése día en mis manos no quedó
más que tu bella caracola rosa
que un día te dibuje en un verso lleno de poesía,
y curioso como soy,
y solo como estaba al apagar la luz del día
le corté ahí en donde nace su espiral perfecta,
y con ella en mis labios
le bufé con ira a la luna recordando el lunar de tu mirada,
le soplé nostalgia al verde mar de nuestra vida
que sollozaban de tristeza por perder
la ahora caracola mía,
le exhalé humedad de llanto al viento
que entendió de mi lamento
-y lo juro amor- tembló de frío,
le soplé desilusión a nuestro bello horizonte
que se comprendió ahora más como distancia
que destino como era.

El día amor que le sobré a tu vida,
ahora sabes tú,
me quedó en el corazón tu caracola rosa,
y en la vida... me sobró un suspiro.

Due® 04.10.10

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Lo sé.

Debería dejar de pensarte, o quizás
construir con papel un barquito de vela
con nuestros nombres pintados en el casco,
soltarlo por fin de mi puerto
y mirarlo con tu adiós como bandera.
Sin embargo, aún me comparto
contigo en éste mi tiempo
que ahora, solo, sólo sabe a mío,
no lo he llenado con versos
ni sellado con labios,
ni con tardes de horizontes bellos
que si bien guiñen maravillas,
sin tu mano encima de la mía
no se alumbran con poesía.

De vez en cuando, es decir,
cuando tu recuerdo se quiebra
cual hoja seca en mis manos,
recurro con nostalgia a la ciencia para salvarlo,
y postrado ante tu cama,
le aplico respiración de boca a verso
y cuando por fin siento de nuevo su aliento,
secó la cara, elevo un suspiro
y de nuevo te rezo en secreto.

Debería, lo sé, dejar de invocarte,
dejar de sentirte, dejar de pensarte,
borrar los verbos de todos tus versos,
dejar que tu tiempo en el mío
se pierda en la oscuridad del tintero
en donde habita el color con el que escribo olvido,
y mirar tu bandera, al fin, hacerse a la vela.

Due® 22.09.10

De nuevo.

Cuando las mariposas pierden vuelo
en el desaire y las huellas de la vida
vuelven a marcarse ya en el piso
y no más en el pecho o la memoria.
Cuando las diez y diez de los mañanas
saben a mañana y tu aliento mandarina
se esconde en los aromas propios de la vida.
Cuando no basta abrir ventanas
para ventilar el alma y que con el viento
vuelen ahuyentados los fantasmas.
Cuando cerrar los ojos no es suficiente
Ya para ganarle tiempo al tiempo
y soñar de nuevo parece sólo una utopía
y fundar de nuevo nuevos sentimientos
son tan solo artimañas del olvido y todo pasa.

Entonces viene tu sonrisa medialuna a mi recuerdo,
vuelves tú entre el tic del pulso acelerado
del sentir de nuevo cada uno de tus besos
y el eterno tac del reloj que marca la hora
de esperar a que termines en paz con tus haberes,

Y sí, entonces todo pasa, me vuelco
con la misma locura del inicio sobre cielos,
libretas, paredes y cortezas de árboles robustos,
pues mientras haya tan sólo un lugar
en donde grafitear tu nombre
todo pasa, de nuevo, pasa todo.

Due® 22.09.10





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viernes, 17 de septiembre de 2010

Verdenada.

Viento, suspiro y nada,
y entre tú y yo sólo tu mirada
de acuarela verde cielo,
verde mar en calma,
verde sentimiento,
verde nada,
un suspiro más,
el aliento y mi pecho sentimiento,
después tu piel marfil salpicada de migajas
-tres, no más- nocturna oscuridad de cielo,
tu y yo y un beso, tu sonrisa,
siempre tu recuerdo,
siempre tú, aire y nada.

Due® 17.09.10

jueves, 16 de septiembre de 2010

Don Leobardo.

Ojalá y las despedidas se agendaran
y las citas se cumplieran,
y me hubieras hablado hoy por la mañana
que aún tenias aliento,
o ayer a media tarde
en que con aire de premonición
me arrebataste los recuerdos,

ojalá te hubiera visto
y abrazado como siempre,
quizás el trance de mi pecho
hubiera sido suave como sé que suave
es la manta tierra de cobijo que te espera,

ahora entiendo el maleficio
de quedarnos sordos,
de quedarnos mudos,
de quedarnos como amigos
aún después de las tormentas infranqueables
con la niña carne de tu carne.

Que naufragio me dejas en las manos,
en los ojos,
en el alma,
en el rinconcito de este pecho
de abrazarte de hombre a suegro,
de señor entero.

Que desastre antiguo amigo,
que dolor irremediable
se abre mi maravilloso tipo,
que desastre.

Due® 8.08.10 hasta luego, salúdame a mi padre.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Algo serio…

No es exactamente como soñarte
y sentirme bien en lo posible,
o que tu mirada siga conmoviéndose
allá en tu mundo mientras aquí en lo pobre mío
tu aroma se haya apagado al abrir los ojos,
y luego despertar y que todo se difume,

lo de hoy es algo serio,
es mirarme solo con la taza de café entre las manos
y recordar que a tu lado lo absurdo era posible
para mal de aquella medialuna que aún purga condena
atrapada en el relicario,
para mal de éste morir por las mañanas
frías embozadas de metáforas,
para mal del corazón y de todos los pendientes
que se nos quedaron atrapados en la nada.

Lo de hoy es comprender
que era imposible trazar en tu sino una vera franca
y caminarla
y dejar huella,
y sentarnos a soñar nuestro destino
para luego levantarnos y cumplirlo,
y alzar los brazos y gritar; que llueva y que truene;
las malas a tu lado siempre son muy buenas.

Lo de hoy amor es ver la vida como vida
y no como romance,
es entender a golpe de suspiros
que a tu lado lo imposible era posible
y tristemente viceversa.


Due® 03.09.10

jueves, 26 de agosto de 2010

Consuelo.

bajamos cientos de estrellas
collares de la noche
y las atamos con cuidado
a los quitapesares debajo de la almohada
descubrimos artificios
pócimas
y embrujos para caminar sobre la arena
el pasto
o el asfalto levitando sin dejar ninguna huella
-ay ninguna huella-
fuimos dos en sólo uno
hasta que inventaste tus verdades
hasta que dejaste que murieran enredadas
entre aromas de violetas
aquellas mariposas que rondaban
las breves ausencias
que después crecieron hasta hacerse eternas
aquellas del hasta mañana
hasta al rato
hasta pronto
las de parpadeos
aquellas que no sabían de simulacros
de fútil figura
de banal esfuerzo

cuando lo posible se convierte
en silencio y todo acaba
cuando la sangre que pintaba
de emoción a las mejillas
se convierte en pena
cuando se descubre que hay saldos
que nunca conocieron los haberes

siempre queda un remedio
un recuerdo
el aroma de tu aliento
una estrella
la humedad de una almohada
un atado de quitapesares
debajo de la medialuna

Due® 25.08.10

miércoles, 25 de agosto de 2010

Corazón.

una noche de estas
franquearé la distancia
entre mis ganas
los sueños y tu cama
y sin pausas allanaré la aduana
de tu piel amor y sábanas
y en un buen sueño tuyo
ahí
sin tu querer
sin tú querer
te amaré con éste amor
de amar extraño y mío
hasta que de tu cuerpo exprima el alma
y así
a mi merced tu cuerpo desalmado
se rinda una y otra vez a mis designios
a las caricias de mis manos
a los besos que se nos quedaron
desmayados en la boca cual suspiros
a la humedad que te recorra la mirada
desde atrás de las pestañas a tu pecho
a tu sexo
y de nuevo a tus ganas …que carajos
y regreses aunque sólo sea a sentir
en esa piel que cubre tu alma
que aquí en mi corazón aún palpitas…. corazón.

Due® 25.08.10

lunes, 23 de agosto de 2010

Sin bandera.

resulta amor,que el amor por ti es uno,
único,
multiplicable,
indivisible,
y sus formas tantas como tú mi credo,
como naves,
como leven anclas contigo aquí no falta nada,
como nubes,
como el viento que comienza
cuando en cada alborada enciende el faro de oriente
y que termina en un suspiro al caer la noche
para luego ulular de nuevo alimentando el fuego
de mi alma en cada sueño,

como tu mirar tan verde que es cimiento fuerte
del ahora,
de cada horizonte,
de la vida toda,
como el esperar tus pasos impaciente e inconciente
sentado en la banqueta
y que tú no pases,
y que tú no llegues,
y que el tiempo se aletargue
mientras los latidos de la desesperación
botan perlas en la frente de sudor,
lluvia tenue por los ojos,
y del pecho el botón que asfixia al corazón,

como irrevocable himno de guerra
acompañado del golpe de tambores,
del llanto de clarines,
el cruce de truenos fuego,
ruido y bayonetas,
sangre,
llanto,
silencio y
media muerte,
sin bandera blanca
ni trincheras,
ni posible armisticio que no sea tu presencia.

Due® 20.08.10

Prenda.

de haber intuido que tus labios
con sus besos
palabras y caricias
iban a enconarse en la piel de mi alma
y con ello iba a olvidarme
de los sueños calmos
y a girar despierto en el vórtice del desamparo
a llorarte en tardes de tormentas
mientras el trueno el suspiro y el grito de tu nombre
se ajustara al momento exacto
de rajar la tierra
y su estruendo me sonara a la nostalgia
de tu huida muda
o al pretexto que te armaste para izar las velas
y con ello me arrastrase como antes
como siempre
como ahora a la mesita de la esquina
y como niño castigado te escribiera una plana
once versos
diez poemarios
una prosa loca garabateada con las nubes
subrayada con nuestro horizonte
y a solas los doblara en forma
de barquito para hacerlos a la mar
en busca de ese conjuro de las malas
que era tu mirar tan lindo

de haber intuido corazón
que tus labios todos fueran
para siempre mi embrujo
no hubiera dudado
como no lo hice en tu momento
y sin dudas me hubiera prendado
como prenda soy de ti amor
y de todos tus recuerdos.

Due® 23.08.10

jueves, 19 de agosto de 2010

No es uno.

no es uno quien decide
en la vida qué o cuál
de cada sentimiento
se ha de ir a respirar olvido
o de nuevo en un nuevo descuido
pase a recorrer el alma
hasta erizar la piel,
hasta escaldar el corazón
que pida a gritos agua fresca,
agua de mar,
agua blanca que ayude
a restañar el dolo de algún olvido,

no es uno el que decide
que amor o desamor
inclina en la vida el fiel la balanza,
ni en que plato de la misma
se ha servido parte de la culpa,
o si eso de la responsabilidad
es solo un mito,
una verdad,
o sólo la moral en turno,

no escoge uno escribir poesía
es ella la que buena se anida
entre los dedos como seda fina
y teje con sus letras incoherencias
o bellezas con sus versos,
hasta que el alma
llora,
sana, o revienta.

Due® 19.08.10

viernes, 13 de agosto de 2010

Adiós.

se puso de pie, levantó la vista
y cubrió su espalda con su manto negro noche,
escucho con las yemas de sus dedos
el aroma de un racimo de violetas
que silbando en los recuerdos le decía;
nunca más,
apagó la esperanza dando cuerda
al reloj de los mañanas,
caminó con rumbo al horizonte
con ganas de postrarse para siempre en él
como si fuera el diván del dios psicoanalista,

sus pasos levantaron fino polvo de estrellas
que nublaron la mirada de las nubes
que diez pasos después lloraron
con la rabia de quien ha de ser olvido en el pasado,
-todo había terminado-
la mirada que le había encandilado
sonó sin miramiento cual si fuera
un portazo del claustro de pestañas.

Due® 13.08.10

viernes, 6 de agosto de 2010

Sin mariposas.

bien sabía que a su lado el futuro sería breve,
pero no tan breve como un sorbo de agua fresca,
ni tan breve como para no terminar envuelto
en la veteranía de la nostalgia,

bien sabía hasta que punto al final su cuerpo
se sentiría deshabitado,
sin aliento,
sin entrañas,
con tanto tiempo a solas… sin mariposas

lo sabía bien porque sabía bien leer los puntos,
las interrogantes,
las comas,
los amores y los olvidos de anticipo
que habitan en los ojos y en las entrelineas
de los vuelos de cada mirada
y quedó admirado… desvalido

sin embargo; y a pesar de todo ello
le hizo caso a la razón que una vez
estando semimuerta acribillada por el desamor
le había hablado del valor
de arriesgar el corazón en un volado,

y entonces pensó;
ojalá que esté equivocado y este sorbo
de agua sea manantial en donde nacen
los peces del milagro,
y jugó el volado olvidando las lectura
y el dolor que bien sabía que al final
le dolería en cada articulación del cuerpo,

bien sabía de ante mano cuanto
le iba a echar de menos
cuando más necesitara
de sus manos,
de su corazón
y de su aliento,
y olvidándose de todo… jugó al enamorado.

Due® 06.08.10

jueves, 5 de agosto de 2010

Ilusión.

que tu pelo fuera la tormenta
que empapara mis tormentas
y mi hombro puerto digno
donde se posaran
y sanaran tus lamentos
y tu mar mirada verde en calma
el puerto de mis sueños

que la lluvia de tus dos luceros
germinara en las negras noches
la esperanza que en el pecho me regaste
y ya no fuera más mal de mis ojos
náufragos de tu mirada

que en las noches y los días que son uno sólo
pues oscuridad y luz son simplemente
un parpadeo del eterno
el rocío de tu alma y la mía
se prendiera para siempre
de las aladinas sábanas

y que la distancia no tuviera tiempo
ni dueño
ni fronteras
ni se arropara con las hojas de los calendarios
y que sólo fuera un suspiro
que durmiera en la palma de tu mano

que menguaran las borrascas de recuerdos
y de una vez por todas ante mí te presentaras
y volviera nuevamente de tus labios y los míos
el lenguaje subversivo e incendiario
y con dos palabras explicaras
que allá tras otros mares
no hay playas que valgan la vida
y con un poco de pena me dijeras
que por hoy...han escampado las tormentas.


Due® 5.08.10

miércoles, 4 de agosto de 2010

Y otra.

imagina que te imagino
y convalece
lento como debe ser
de este mi amor
que me imagino yo
te suena a pleonasmo,
imagínate mis dedos
como yo los tuyos
en arduo trabajo
arando surcos de pasión
sobre tu piel haz en plenilunio,
imagíname entrando por tu boca
pócima de miel como lo hago yo
imaginando tus rosados labios,
imagina que soy tuyo
una y otra vez
y otra
y otra
y tantas cuanto basten
para convencerte
de que en cada parpadeo
muero de la ausencia de tu amor
como si el aleteo de tus verdes ojos
duraran cientos de años gregorianos,
imagina que te imagino
y convalece lento como yo
de imaginarte en un líquido orgasmo.

Due® 4.08.10

martes, 3 de agosto de 2010

Gira…

pasa el tiempo y el dolor
que se quedó en mí con tu partida
está como si nada,
el olvido a tu aliento manzanilla,
al brillo de tus tres lunares,
a la sonrisa de tus labios y tu sexo medialuna
no me llega,
no me hace el favor de ascender
del corazón a la razón,

mis dedos no se olvidan ni a mentiras
de que en tu piel sufrieron
un acceso terminal de insomnio
y por ello ya no duermen,
sufren y practican escribiendo nuevos versos,
nuevos verbos que den vida a algún poema
que no lleve tu nombre entre sus letras,
uno que se adhiera con verdad
y para siempre con amor a una espalda.
Que cabrón entró agosto recogiendo
con sus vientos el aroma de tu aliento,
revolviendo en mis ojos las arenas
que debieran estar allá en tus playas,
mojando con sus ultimas tormentas mis tormentas,
recordándome hiriente que el tiempo gira
siempre en torno de su propio tiempo.

Due® 3.8.10

lunes, 26 de julio de 2010

¿Eternidad?

¿hace cuánto ya de aquel momento
en el que durmiéndote en mis brazos
sin querer te hería con filosofía
que hablaba con verdad
de que en verdad lo eterno no existe?
¿una tarde, siete siglos?

recuerdo el momento,
tu aliento,
la sonrisa de tu sexo,
tu blanco silencio,
la vida que llevabas en los labios,
tu mirada llena de horizontes
donde naufragué al creer que yo era uno de ellos,

recuerdo bien que te decía que las letras,
los verbos,
tu poemario,
las frases y oraciones,
los libros,
y todo cuanto hasta ahora haya sido escrito
son espejos
y que en ellos uno sólo mira
lo que desde siempre se llevaba ya en el alma;
que ignorante era yo de la verdad,
del cariño de antes,
del amor de ti amor que no se explica
con vulgaridades filosóficas,

ahora que no estás la eternidad se circunscribe
fiel a mis recuerdos como el fantasma de tu cuerpo
a la yema de mis dedos,
-no importa el tiempo-
compartimos un momento que bastó
para entender que desde siempre
eras tú, amor, eternidad en mis recuerdos.


Due® 23.07.10

.

Surgió.


el dolor no vino de la despedida,
ni de las nubes de recuerdos atoradas
entre el pecho y la garganta,
no llegó andando con aquellas
piernas escurridas delgaditas,
azuladas
y frías
y saladas que rondan las mejillas
en algunas madrugadas,

no se aposentó en el corazón
al saber que no tenías vuelta corazón,
ni con la árida desolación
que se sintió en la piel
cuando tu aliento
pasó de manzanilla a nada,

el dolor no vino de amarte mucho
o de que me quisieras poco,
ni de los titubeos,
ni de saberte ahí sentada
al quebrarme con tu adiós
la esperanza junto a tu mirada
en lluvia verde calma,

el dolor salió de mí al saber
que cuando uno se sienta a pensar
en el porqué se ama;
es porque ya no se ama,

surgió de mi experiencia
que sabía bien que en los finales
nunca hay nada nuevo,
ni pañuelos blancos de a de veras,
ni palomas,
ni metáforas que suenen bien
cuando se habla de lo pasajero,

surgió del vaticinio
de leer en tus palabras de amor
que jamás maduraría tu inexperiencia,
brotó del mirar la prisa de tus pasos
por llegar al horizonte,
de entender tu embeleso
por las fantasías de otras playas
y de no haber logrado en ti
ni con obras ni palabras, enamorarte.



Due® 20.7.10



.

lunes, 19 de julio de 2010

Ojos....


que ganas de no haber perdido
el verso aquel
en donde atesoré el final de tu mirada
-esa verde calma, tan calida,de luz tan llena-
para iluminar con ella ahora los rincones
donde vagan cual dolores los recuerdos
y tu partida -el dolor de tu partida-
y entenderlos,
y sanar de ellos y salir por fin de ti,

pero para qué medio morir
sí ya sabemos que el juntar
de nuevo alguna vez nuestros caminos
no esta en ti,
ni en la fuerza de mi mano,
ni en el entender a cabalidad
las trampas del destino,

¿entonces para qué filosofar
si ambos sabemos
que la vida sabe más que uno?

creo que lo siento;
pero hay veces que el destino se oscurece
sólo para que uno mismo lo ilumine
con ojos honestos
con esos que cargan valiente
la mirada que no se extravía
en los recovecos de ningún recuerdo.


Due® 18.7.10

.

miércoles, 14 de julio de 2010

Mirarte.


y si cambian de manera de mirar mis ojos
y se beben por la sed de ti algunos nuevos mares
y mi voz se agrieta árida entre sales
en éste tiempo
de mirarte sin poder mirarte y de gritar tu nombre
en el silencio blanco
y el cuerpo con el alma se me seca
y se parte frágil al primer suspiro
cual rama de eucalipto

o te cambia a ti la forma de escuchar la vida
y tu mirada cambia de color de verde a nada
y tus labios sólo tiene besos
con nombre y destinatario
y dicen que han olvidado como pronunciar mi nombre
y tus pasos
o el destino te acercan de nuevo a mi vera

cómo han de mirarte si mi amarte es tanto
que aunque el tiempo haya metido mano
y el destino puesto trampas
mis ojos sigue siendo tuyos
para mirarte como eras
para amarte como eres
y para esperarte si es que sigue siendo necesario.

Due® 10.7.10

martes, 6 de julio de 2010

Y...


la lluvia de la tarde reposa sobre el pavimento
del oleaje de recuerdos donde aparcan los veleros
de papel itinerante con su cargamento de amor en verso
y
aunque baja en calma forma toda una mar de ruido
-tic,tic,tic-
que se regodea en el sabotaje de las esperanzas
impera tu silencio
y
los ecos se desbordan impidiendo delatar el llanto
de la negación del viento por acariciar la velas
y
el tiempo para, se ahoga en los sollozos
de la caracola rosa donde te guardé
aquéllos los susurros que me regalaste
al entrar y entrar y al no salirte aún de la antecama
y
lo sé
hay momentos en que claudicar es utopía
y
se cae ahogada la mirada
y
se seca la sonrisa y el recuerdo de la medialuna
y
las diez y diez de los mañanas
se acogen mudos al terror que el tiempo sufre
al saberse eternamente liado a la carátula
y
las palomas de humo regresan a su nido
mirando apenadas hacia el suelo,
cerrando el pico y sufriendo en plumas y alas
por la falta de algún mensaje tuyo
que le diga a los veleros
que ya es tiempo de levar las anclas.

Due® 6.7.10

viernes, 2 de julio de 2010

Deseos.


quisiera con el ama saber
que por fin sin contratiempos
llegaste al puerto que buscabas,
y que es calmo,
y con playas tersas
para abrirles una huesa
en donde amontonar
los corazones dibujados con mis dedos,

bello puerto bello con oleaje suave,
verde como tu mirada,
con horizonte del color del sin enojos
y sobre todo para siempre,

con nubes sin mejillas para el llanto
sin pañuelos blancos
cual banderas de andenes,
y que tus caderas ya no cambian
de acera ni para comprar manzanas,

que otros ojos se encandilan
con tu espalda y que ahí ya no hay vestigios
del poema de mi vida,
y que por tus lunares de lucero
y tu sonrisa medialuna
han pagado soles
y apagado cantos de jilgueros,
y que soy un cínico
que ardido de indolencia
por hoy me doy licencia de mentirte.

Due® 1.7.10

domingo, 27 de junio de 2010

Novedades…


ése regresar a los confusos
tuyos para siempre
frustrados míos …. para siempre
y perder en ello puertos
horizontes y el juicio nuevamente

ése navegar con sed en tu mirada
que de a poco y tanto y tanto
me llevó a renegar hasta rabiar
después de ti
de cada piel placebo del olvido,

y rabiar terco de nuevo en otras teces
y buscar ahí lunares cual luceros
que semejen los aliños de tu pecho
y no encontrarlos
para de nuevo navegar
con sed en el mar de tu recuerdo,

y medio morir sin calma,
y volverme sal si eso se puede,
y medio morir de sed,
y morir de mar,

y resucitar en la esperanza
de saberme medio cuerdo
sólo para preguntarle al viento
que aún después de tanto desnuda los suspiros

qué novedades me traerán tus ojos
cuándo los ires y venires de la vida
se terminen y de nuevo como novedad
al fin de nuevo tenga frente a mí,
aquella tu mirada verde.


Due® 26.6.10

viernes, 18 de junio de 2010

Recuerdos.


buena noche para reposar
los huesos en la almohada
hasta que de tus besos se blanqueen,
hasta que el alma se serene
con gotas de la brisa y el viento frío,
con la parte de la noche
en la que duermen los fantasmas
arrullados por el canto de los gatos
inmersos en su sexo,
hasta que mis manos olviden
las tonadas del costillar piano
del lado de tu cuerpo
que en cada sueño aún me pertenece,

buena noche para reposar el cuerpo
en una cama que no huela a la sonrisa de tu sexo,
que no traiga el recuerdo de tu aliento
ni el eco del sonar de las caderas,

buena noche para apagar
el alma en la soledad de tu ausencia,
buena noche...buenas noches.

Due® 18.6.10

Intuir…


cómo es qué se perdió tu amor
en ése amor
qué tal vez sea el de la vida
la mar de tu fragancia
si a leguas se intuía
que sus redes eran seda fina,
su verbo aliento tibio,
su palabra verso fino,
sin embargo su palabra
sólo canto de sirena,

cómo es que no miró
en tus ojeras almohadas de la luna
la leyenda verdadera
del brillar de las estrellas
que juraron para siempre
hacerle en compañía
el culto a la vida,

tal vez fue que a su sentir
le abrazaba la ruina del descuido,
o el apuró del destino
le embriago las prisas que endurecen
el pan de la homilía,
o faltó a la relación el tañer
de las campanas que destapan
en el alma el daño que se causa
al decir te amo con desgano,

tal vez sólo fuere que en el amor
está vetado el intuir lo mismo
que emplear con juicio la razón,
o que el brillar de tu sonrisa
espantó en su sordera
al soñar de pie sobre la cuesta
el brillar del corazón que ilumina
el navegar con rumbo al faro del oriente.

Due® 18.6.10

miércoles, 16 de junio de 2010

En alguna…


una nube terca en el espacio de tu ausencia
dibujando como nunca las lindes de tu cuerpo,
una voluta amarga de cigarro
con el viento y el amor a contra cara
y tú hormigueando sin piedad
en el delirio amarillo
de las espirales de los dedos y

siempre a media noche es casi media vida
en la que se repite una gota de recuerdo
desmayada en la mejilla mientras la añoranza
de esa mota oscura
disfrazada de lunar sobre tu espalda
revienta en la mente la esperanza
de mirar de nuevo tu mirada luna blanca y

aún ahora
retumban en la mente los dislates
de la fecha de caducidad
de tu tiempo y los te amo a mi lado
cuando murmuraste una sola vez
que siempre es casi tarde
que cuando pasa el enamoramiento
uno termina sin remedio siendo
una de esas soledades que se dan
en la sal de la amargura
en alguna hora
en alguna noche
en alguna media luna y siempre … aún ahora.

Due® 16.6.10

viernes, 11 de junio de 2010

Ojalá...


ojalá y nada más fuera
la lluvia de tu ensortijado pelo
que aún después de mi y de todo
humedece la tibieza del recuerdo,
o el dolor de recordar
y no tener
tu mirada de horizonte esperanzando
el corazón y la mirada,

ojalá y nada más fueras murmullo,
el resoplar del viento,
un sueño,
un recuerdo,
la mala charada de un destino
que ojalá mejor hubiera
sido para otro que tuviera agallas
para despertar de ésta vida
para acurrucarse a dolerse
en cada sueño de esa fiera pesadilla,

ojalá y jamás hubiera visto
tus lunares de lucero
y mi verbo hubiera muerto seco atragantado
de esas dos palabras que ojalá
y de ti jamás hubieran sido verbo,
ojalá y Dios alguna vez dijera
al respecto de tenerte y después perderte;
ojalá me hubiera equivocado.


Due® 11.6.10

martes, 8 de junio de 2010

Mañana...


Ayer me dolió tu andar de piernas largas,
tu caminar sobre la misma vera en donde
tu propia huella hundía tus pasos,
me ardieron muy cabron los brillo
de las luces de tu cuadra,
los vientos de tu calle,
el crujir del oxido de la cortina al cerrarla
y los carajos mudos que cargabas en la espalda,

el verte a solas confundido caminar
a lo incierto de los sueños que te esperaban
para espiarte en algún rincón de tu almohada,

-qué soñaste,
qué escuchaste,
cuántos ojos te miraron-

quizás ayer el embrollado era yo
que me atreví a mirar de tu pasado
el enredo de la negra seda
que te asfixiaba cual encierro,
cual paredes sin ventanas
con barrotes de fantasmas,
cual lóbrego capullo atrás del dintel
olvidado en la esperanza,

me doliste porque sé en carne y hueso
lo que duelen las manos que se ampollan
cuando al asirse de la nada
uno jala de un tirón cuerpo y alma y nada pasa,
porque sé como se agrieta el espíritu
cuando se extraña el jalón,
el fuego en la garganta,
el humo del vapor que oculta el valor
que se requiere para izar al viento
las banderas del no más, y nada pasa,

me doliste de admiración y orgullo
porque sé en alma viva lo que duele
levantar nuevos cimientos,
lo que cuesta del asfalto alzar hueso y pellejo,
lo que duele esperar con calma, el mañana.


Due® 6.6.10
.

sábado, 5 de junio de 2010

Vieja.


tanta tú,tanta siempre dama,
tanta crianza,
tanto verbo bueno,
y en tu voz se percibe
la cura auténtica del aliento
asmático de tus muertos y los recuerdos,
no los disculpas,
no los pretextas para poder
renacerlos en tu cariño,

calculas sus inviernos con tiento
como si regaras el tiesto
de las begonias en mañanitas de primavera,
y los regalas en las metáforas,
en verso franco con tu melancolía
que resbala por tu mejilla
como roció fresco sobre la faz de la luna,

tus manos con sus venitas
cual ríos de sueños remedios de pesadillas,
con sus huesitos como ramitas de albahaca fresca,
con el embrujo de la varita del hada buena,
y las caricias,
y los amores que se te enredan
como madeja de estambre
con las agujas que trenzan
para las almas bellas frazadas,

y tanta tú, con tus tesoros
guardados en la cajita nacarada de nubes
y arriba de la ventana, la llave que abre
su tapa y las puertas allá en el cielo,

afuera, en el patio de los haberes
el cableado lleno de golondrinas
que mudas y pensativas,
acechan la despedida.

Due®4.5.10

miércoles, 2 de junio de 2010

Búsqueda…


no es precisamente como algo o como nada,
sino más bien como poder inhalar profundo
cada que la tierra se refresca,

como el cerrar los ojos para adivinar
las nubes con sus piernas de lluvia delgaditas
y sentir su llanto en la cara
como novedades en el alma,

es más bien como jugarle al tonto
y ya no sentir sobre los labios el temblor
que me nació el día que colgaste,

como si pudiera apagar la noche de un soplido
para mirar sin ti la medialuna
recostada sobre estrellas,

es como si la ultima palabra no hubiera consumido
ilusiones
la confianza
los devotos aleluya y

la tersura de tus alas en mis manos
fueran fuego y no delirio,
la esperanza un nuevo te quiero
o cuando menos un después nos vemos,

es como creer que tu aliento fuera de ésas dudas
que se dan al despertar de un bello sueño
y -maldita sea- no se hubiera concretado
como acero en mis recuerdos y

hoy pudiera aún descascarar sin daño en el alma
la piel de alguna mandarina
que me sabe tanto a ti y carajos


tener valor y ganas de buscar algún remedio
que aunque amargo...sepa al fin a olvido.





Due® 20.6.10

Luna.


partió porque
su faz de luna entera estaba harta,
estaba llena,
tenía que cumplir su novilunio,

así lo dijo
y envolvió los fríos con rebozo negro ausencia,
tomó la estrella
que le dedicaran sin falta nuestras madrugada,
la prendo en su frente
y estiró la luz de su mirada al infinito
como aviso pertinaz de que buscara nuevo faro,
nuevo puerto,
nuevo mar donde enjuagarme
los presagios y las viejas esperanzas,

partió porque partir se le daba bien a sus caderas
a sus pasos,
no a su huella,

partió el pan conmigo y su cáscara de trigo
sonó al vuelo de campanas a la hora de la comunión,
partió su aliento en dos
y la mitad que me dejó en la boca
aún me sabe a mandarina,
la mitad que se llevó en el corazón,
no lo sé,
pero espero que le baste
para darse nueva luz y le llegue con amor el plenilunio.



Due® 2.6.10 ….…

lunes, 24 de mayo de 2010

Sin pretextos.


se fue porque su hacer no era a mi lado,
me miró, y quiero suponer por no quedar sin ego
que me suspiró al momento de tronar con ansia
los dedos de sus manos y dudó por diez segundos
antes de inaugurar la eterna lejanía
entre mis pasos y su huella,

el ahora todo,
todo el hoy,
todo el mañana crepito en el fuego
de un adiós que ya una vez se había postergado,
que ceguera,
que inocencia Dios,
que enamorado,

partió porque la rosa de sus vientos
no marcaba mi norte a su lado,
ni mi izquierda ni la diestra,
no confío en la palabra
ni le apeteció resolver el misterio
del crujido de mis huesos cuando le miraba,
no le interesó escuchar la historia adelantada
de la cicatriz que en el pecho me nació ése día,
ésa media tarde,
ésa media luz,
ésa media muerte,

levó las velas con el viento de mi amor en busca
de otros puertos,
creo que bien sabía que la profundidad exacta
del abismo de su ombligo no se llenaría
jamás con la borra de mis besos,
ni su espalda lienzo con la cursi charlatanería
de mis versos,

¿entonces para qué hacerse sino a mi lado?
¿para qué el tú y yo grafiteado
en la pared con las letras de la esperanza?
¿para qué esperar que añejos vientos
le ajironaran las sedas de su barca?

su hacer no era amarme y sí dejar que mi pluma
diera fe con metáforas y lánguidos suspiros
su pasado entre mis brazos,
entre emparentados versos de amor y de dolor
que pudiendo ser el pan del día
hoy por nada se me desmigajan,
que lo hiciera con el corazón a tinta suelta,
con la sardónica pasión de la memoria,
con sabor a vida,
con fragmentos de mi alma,
con el perfume aquel que le da al enamoramiento
la tremenda calidad de inocencia
con aroma amor, con aroma de violetas...

Due® 12.5.10

domingo, 23 de mayo de 2010

Encrucijada


cuando todo haya pasado y no corra más el riesgo
de pensar en los hubiera durante la oración
con el café de los mañanas
y al beberlo el café me sepa amargo
como debe ser a tierra y lluvia buena
y para atemperarlo sople fuerte viento claro
y no suspiros largos que no llegan a ninguna parte

cuando doble el papel morada de otro nuevo verso
y lo aviente al cajón desván del sentimiento
y no tome como antes nuevo vuelo
a ninguna esperanza
a ninguna playa
a ninguna s/cima
a ningún ombligo
y a pesar de haberle escrito
el vuelo de campanas
singulares medias lunas
cielos infinitos
dos palabras
que refrescan o confortan
o enamoran o que aterran
y haya puesto en él el corazón
con su ultimo tirón sin falla alguna
y se quede a dormir sin temores
ni ansiedad allá en el archivo

cuando todo haya pasado
y el tic tac del desamparo
sea sólo el ritmo anticipado
de un prosaico nuevo encargo
de ésos que guarda la vida
y el riesgo sea la encrucijada
camuflada en verde o rojo
y la oportunidad de acertar o de fallar
no esté en el alma y sí en mis manos

elevaré una oración al cielo…a mi cielo
por el amor que sin querer
nos olvidamos de regarlo
y se incendio haciéndome
entender mucho después
que cuando juntos estuvimos
sólo fuimos sin saberlo...piel de humo.


Due® 9.5.10

Pluma.

qué les digo si se enredan
entre hipo y dolores y no atinan a escribir
ni esas dos palabras juntas
que recuerden lo que aún te siento

son mis tercos dedos corazón
que al contacto con la pluma
divagan entre el acre sentimiento
de la ausencia de tu espalda lienzo
y el terciopelo
de la delgadez extrema de su cuerpo

qué les digo amor si antes de escribir
el medio se le monta
al índice en señal de buena esperanza,
de que vengas,
de que la piedad exista,
de que Dios reparta suerte
y ahora sí me toque algo,

qué les digo si al tener la pluma
cerca se santiguan,
hacen la señal de una cruz,
con intención de que salga un verso
que te llegue al corazón,
o cuando menos a tus ojos por correo,

qué puedo mentirles si conocen bien la pluma
y saben que es la misma -y te extrañan-
que con ella se escribió de ti sobre tu piel toda la poesía
saben a cabalidad completa
que es la misma que corté
de las alas de tu espalda
ángel de la luz,
lejanísimo lucero.


Due® 22.05.10

viernes, 21 de mayo de 2010

Tanto tanto...

era yo pecando de soberbia
al creer que querías empeñar
tu esfuerzo al caminar
a un lado de mi vera,

yo que loco enamorado
me atreví a pronosticar
que en cualquier mañana o tarde
podría adivinarte en la palma de mi mano
y que en ella se leía que el para siempre
no cejaba en el esfuerzo adecuado
de hacer bien su trabajo,
y que nuestro pacto se cumplía,

y que la distancia que naciera entre los dos
sí era eterna, pero se medía sólo
desde tu aliento hasta mis labios,

y la vida no se detenía
pues ella siempre ocupada lleva prisa,
y rápido se nos pasaba
con sus malas, con sus buenas
y con sus mejores,

y fugaces como todos somos
terminábamos juntos en polvo,
pero en polvo en los ojos de los ángeles
que en un ataque de melancolía
no se contenían
y al sentir que el desamparo
les aguijoneaba en los lagrimales
nos llovían de nuevo a los valles,
a la mar en calma,
a la humedad de nuestras sábanas,
al musgo de la piedra sobre tu librero,
a las calles de ésa tu ciudad
que entre mis versos te fundé aquel día
que en un triste desatino no supiste esperarte
y te me fuiste junto al viento
que aún no lo comprende
y te suspira consternado,

era yo amor que te quería a mi lado
para definirle al mundo el sentido
del amor y del pecado,
que locura,
que soberbia,
cuanto tanto enamorado…

Due® 21.05.10

miércoles, 5 de mayo de 2010

Acaso…


fuimos uno y sólo uno en el mismo espejo,
en la misma cama,
con las mismas ganas
soñadores artífices de sueños,
infractores de la ley que habla
de que dos materias en un mismo tiempo
es imposible que se encuentren en el mismo espacio

somos carne escrita en la esquina del papel,
piel y huesos escondidos
en el blancos vórtice del humo del tabaco,
yemas de los dedos locos sin conciencia
que escriben día a día nuestra historia
con la única intención de que tu futuro
descanse en paz sin perturbarse nunca
por tratar de entender nuestro pasado,

somos letra casi muerta encerrada
entre el titulo y el fin portada y pasta
del paradójico ataúd de tu poemario,
en la letra sin canción y sin frazada
de las once campanadas
disfrazadas del nostálgico llamado a la misa,

letra como fuego fatuo que no inflama,
acaso sólo algo, acaso sólo humo,
acaso casi luz de dos fantasmas
penando la distancia entre dos palabras
que se nos murieron de gastadas…

Due® 5.5.10

Hasta la vista...


Se trataba de que a ti la vida te había enseñado
el juego de las idas y venidas
y por ello no te resistías a los guiños
que te hacían tus nuevas playas, y te ibas,

de que tú tenías tan fino el oído que morías
cuando no le respondías con bailes locos
a los cantos imaginarios de sirenas inventadas
y para no morir partías, que alzabas el vuelo
con tus dudas en la bolsa del mandado,
y de nuevo regresabas cargada de manzanas,

de que tú izabas las velas para hacerte en la piel
mapas de tesoros que siempre se borraban
con agua blanca calentada con las brazas
del amor a pierna suelta,
antes y después, de hacerle carnavales a la fiesta del rencuentro,

se trataba de que te sentaba en mis piernas
para escucharte atento cada nuevo cuento
y después de oírte te cerraba los labios con un dedo
y sonriendo entre los dos a solas y en silencio
les poníamos dos puntos mas enfrente
del punto que tú, cuando te ibas a los juegos de la vida,
te creías que escribías como punto terminal,

se trataba de que cuando regresabas
el toc toc del corazón me despertaba de mis sueños
y entre verso amor y beso
secaba yo tu llanto con el filo de un pañuelo blanco
nos amábamos lo necesario,
y con cariño de nuevo nos decíamos;
la vida es un juego, de nuevo hasta la vista... 26 diciembre09

domingo, 2 de mayo de 2010

Éramos…


era la luz de aquella media tarde
que celosa de la luz de tu mirada se escondió
cual tímida aprendiz
entre la persiana y la ventana
-lo sé amor-
husmeaba extraviada en el delirio
de su propia ingenuidad
y nos miraba
y ardía de celos
de la oscuridad que nos rodeaba,

era el viento de ésa habitación
-no lo dudes-
mi aliento crispándote los poros
y el aroma a manzanilla que aún respiro
-después de mí, de ti y de todo-
el tuyo sacudiéndome del cuerpo el alma
que miraba desde el cielo raso con ventaja
como le inventábamos al amor el sexo
y yo a ti lucero como religión de mis desvelos,

eras tú mi cielo y la tormenta de tu pelo crespo
bañándote los hombros,
era yo y mi mirada y nada más sobre tu cuerpo,
éramos nosotros haciéndonos el universo.

Due® 2.5.10

jueves, 29 de abril de 2010

Apenas…

tenía la ilusión
de que fueras para siempre
y no agua que pasa refrescando
la mirada
el corazón
y la inocencia del campo
aromado de violetas

y en un descuido mío
en una ilusión tuya
miraste hacia la mar
que decidiste no tenía tanta sal como debía
y con la honestidad de tu moral en turno
te llevaste tras de ti mi llanto para aderezarla

y te fuiste
y fuiste agua de río
apenas hipo de la mar
que borra mal los pasos de mi andar
tras de tu alma
apenas agua
apenas pena del dolor del para siempre.


Due® 29.4.10

domingo, 25 de abril de 2010

Compromiso.


en silencio, tragándome en seco
las ganas de decir una imprudencia,
te extiendo por la espalda en un
clandestino abrazo mis sentidos,

qué serás en mi esperanza qué me
envuelves párvulo con tu presencia
en la inseguridad de mis palabras,
qué serás qué cuando te miro
-aunque sea,un breve instante-
revives en mi corazón
los tartamudeos adolescentes
de aquel que fui, ignorante de la vida,
docto de los sentimientos,

nada quisiera más que poder recordar
la antigua sobriedad de la cursilería
para poder decirte;
déjame, ángel, ser trapecio y red
en los malabares de tu vida,
confidente guardián de tus sueños
que no cuentas por sentirlos desvaríos,
permíteme ser hombro de apoyo,
custodio de tu llanto en las frustraciones,
y que me lo creas,
que lo permitas,
y que admitas que aunque en sueños
esperabas mis palabras,

si tan sólo el mundo no se hubiera hundido
en los prejuicios y me fuera permitido
que al extenderte por la espalda
el anónimo abrazo sintieras como con mis dedos
cuento y recuento cada pluma de tus alas,
y tropiezo con propósito mi amor
entre tus vértebras, verías ilusión,
que al tragarme el silencio
mis palabras tomarían por ti vuelo,
y alejándome de la cursilería,
hablándote en serio sin metáforas
que no comprendas,
te diría corazón;
que las malas trucaría por bellas,
y contigo y por ti, me comprometería.

Due® 25.4.10

jueves, 22 de abril de 2010

Lágrimas.


Cómo olvidarlas si en su momento como bella ilusión
me pareció que era el peso de mi cuerpo sobre el tuyo
quien las exprimía de tu alma, era tarde y la luz de las bombillas
de la calle auguraba el fin de ése día y quizás de los mañanas.

Me mirabas a los ojos, lo hacías como quien mira un tronco,
el campanario de una iglesia o la arquitectura de algún faro
en la punta sur de alguna isla, me mirabas, lo sé,
porque aún me arde el orgullo en el recuerdo
del aroma de violetas en donde creí,
sellaban abrazadas nuestras almas el compromiso
que sin firma en documento alguno dice honesto; para siempre.

Las recuerdo y aún me duele tu mirada clavada en mi alma,
me duele porque mientras las miraba rodar por tus mejillas
yo imaginaba inocente que lo hacías, mirándome como un tronco sí,
pero como aquel que con el tiempo y agua enverdece
y da hermosos frutos, sé que me mirabas como campanario;
sin embargo tu corazón no escuchaba música ninguna
ni el golpe del badajo en la campana,
no profundizó en ningún momento en la luz que enciende
por la noche el farolero y que a la distancia salva de naufragios
o acaricia con pasión la unión del cielo con el horizonte

me miraba en tu mirada cruzando enamorado de tu mano
cualquier infortunio y sentía emocionado que el par de gotas
de agua clara que inundaban tu mirada era el llanto del amor
que sabe que el amor no es perfecto, pero perfectible sí,
con amor y con respeto


Cómo olvidarlas si en su momento como hermoso espejismo
me pareció que era el peso de mi amor sobre del tuyo
quien inauguraba esa bella lluvia blanca,
sin imaginarme nunca, amor, que tu alma era etérea, lacia y ligera,
era tarde corazón y volaste con presteza rumbo a la luz de las bombillas
como hermosa mariposa hacía la calle con rumbo,
quizás, a los mañanas,
las recuerdo ahora cuerdo, las recuerdo con las mías escurriendo
por los ojos y rezando sencillamente por tu alma.


Due® 21.4.10

martes, 20 de abril de 2010

y callar


cómo no perderme en el cielo crespo de tu pelo
para enredar mis dedos con mis miedos
e inhalar tu aliento y, callar,
y tragarme mis palabras
que se quiebran por decirte cuanto te deseo
cual si fuera una plegaria,
un sueño,
un último rezo,

cómo no extender con discreción mis manos
y en aquello que tú sientas como abrazo
transmitir las lindes de tu espalda,
las plumas de tus alas,
los tropezones de tus vértebras
al lugar de mi alma donde atesoro los recuerdos,

y callar, y esconder la pena de sentir a flor de labio
el aroma harto de calor de tu aliento
cuando dices; hola,cielo,
fuego o hierba y me incendia un fuego de artificio
que me dura un día, una noche,
y la ansiedad de repetirlo mientras extravío la mirada
en las tardes húmedas de lluvia
dibujando tu sonrisa en la ventana,

cómo explicarme que no me es permitido
como ser mundano ni tocar tu mano,
ni insistir con suspiros como cantos
que sé sonarían profanos,
ni siquiera me es dado que mi alma
te declame un verso
o sople mis angustias en tu nuca,
ni allanar tu santidad de ser alado
sin perderme para siempre
en la inmensidad de tu mirada.

Due® 20.4.10

No comprende.


pasan cosa por la vida
que no comprende ni la vida misma,
una palabra a destiempo,
una sardónica sonrisa que debiera ser un guiño,
un abrazo, diez segundos, dos palmadas en la espalda,
un adiós y Dios quiera que sea la única mentira,
palomas mensajeras con humo entre las alas,

pasa vida por las cosas que uno no comprende
pues se quedan fijas
-ay, tan fijas-
como el brillo de mis ojos en los tuyos
que ahora sólo se refleja en los espejos
cuando estoy a solas e imagino tus luceros fijos
en mis ojos cual pintura bella enmarcada
por el alma aún enamorada,

pasan cosas vida, y pasa apenas vida
por lo que se siente un alma desdichada,
uñas por la piel que enroscan besos olvidados
intentando borrar aquel te amo
que en tu locura pasajera de mi vida
escribiste en el lado izquierdo de mi pecho
y que hieren en los mañanas corazón,
duelen a que tú no vuelves,

y la cruz que cargo por tu ausencia
en el alma vida sería vil si no supiera que tú vida,
que tú alma, que una parte de tu vida
y de tu alma se quedaron como hacienda
en la parte de mis sueños que saben que existes,
y en la eternidad de mis recuerdos
que viven abrazados a ti amor, a mí alma,
y aquí en la parte de mi pecho donde vive tu adiós
al que no le encuentro explicación
ni reinventándote en mis versos,
ni en las cosas de la vida, ni en la vida.


Due® 20.4.10

viernes, 16 de abril de 2010

Efímeros…


tal vez hayas sido tú con las nubes de humo
que invadían tu corazón nublando ilusiones y certezas,
dejando sólo al descubierto el pragmatismo
de tu alma que te hacía mirar las bombillas
de los cielos sencillamente como estrellas,
subiendo únicamente en ascensores a los cielos,
o tu paso firme por tus playas mirándome
tan novio, flotando enamorado tras tus pasos,

tal vez hayan sido las nubes de humo del amor,
ese que se siente como mariposas en el vientre
y que triste pero cierto,
sólo es la reacción química de los cerebros,
o el telón de luz que lo único que no ilumina es la razón,

o yo, amor,subiéndome de un brinco
a hurtadillas a los andamios de los ángeles
a cambiar por bombillas las estrellas
y que los poetas, locos y amantes
viendo al cielo suspiraran y jamás notaran
que las luces que a sus amantes dedicaban
eran sólo ilusiones,
pues los brillos de lucero,tú lo sabes,
los guarde completos en lo profundo de tu alma
y tu mirada encantadora como mar en calma,

tal vez haya sido que debimos ser más claros
en vez de usar prestado el idioma legendario
que se expresa fácil al decir
un nunca,
un por siempre,
o suspira a cada instante el amor eterno
sabiendo que el nunca es el pasado sin preguntas,
el siempre es incierto cual mañana,
y los enamorados por mucho que se amen,
son tan sólo breves pasajeros del amor que hace leyenda


Due® 16.4.10

miércoles, 14 de abril de 2010

Dicen…


que la mar de tu mirada verde se extravió
entre tantos miramientos que buscaban
estrellas y flores atrás de la caracola rosa
en donde encerré para tu alma la oración
de los mañanas que murmura el viento
al que le enseñé amoroso a recitar tu nombre,

que la perdiste como a las arenas de tus playas
que se te escondieron minúsculas como eran
entre los pasos de tus pies menudos y que nunca
encontraste entre tanta búsqueda la cruz del mapa
del tesoro que entre nubes de falsas ilusiones
nunca viste que por ti clavada estaba en mi pecho,

que se te ahogaba entre tanto llanto seco cuando
creías haber encontrado algo que valía la pena
y la vida te bromeaba dando una vuelta pequeñita
y lo que creías que valía eran solo penas sin caricias
ni palabras para tu alma y las cenizas de mis versos
no prendían, no ardían, no iluminaban tu aliento,

hablan de oídas pero nada saben, cuentan con envidia
de lo que jamás tuvieron, dicen lo que inventan
porque nunca vieron que en el agua de mis ojos
aún navegas, que perteneces al ritmo de mi pecho,
a cada uno de mis sueños y desvelos, a mi piel y carne,
a mis huesos, a mi aliento y a las letras de mis versos
en donde dicen con verdad que te rezo en cada madrugada.

Due® 14.4.10

domingo, 11 de abril de 2010

Desencanto


Hay instantes en que la vida entera .
no sabe ni a pinche vida,
la verdad se duerme perturbada,
la mentira se sabe con docta perversión
que es de la verdad un cabo suelto
y se perfuma,
y lo presume,
y empaña la mirada
-la de uno-
con rimel o mermelada,
el mañana no tiene mañana,

falta el café en la despensa,
no hay con quien partir el pan
-o peor aún-
no hay necesidad de prender
el horno donde ya no hay ascuas de felicidad,
y uno sintiendo en carne viva el vivo desaliento,

hay momentos en que la vida se entremete
hasta la médula del espinazo,
y se sabe fría,
y uno vivo,
y se encona en la artritis,
y más valdría no despertar cuando se esta dormido,
y no se sabe dormir cuando se está despierto,

un mes más, pudiera ser domingo,
ya es abril, carajos,
y la vida con sus cosas de cajón,
y la lengua abrasada con siniestro amor al paladar
y, ¿Dios…cuándo cambiaran las cosas?,

y voltea uno y no hay horizontes
ni palabras de aliento ni quien las articule,
y cavila uno;
hay momentos en la vida
que la vida misma pesa tanto
que las muertes de los desencantos saben a descanso.


Due® 11.4.10

viernes, 9 de abril de 2010

En despoblado.


no se trata de ese dolorcito tibio y lindo
que nace en la garganta y se resbala despacito
hasta el estomago del alma cuando te recuerdo

no es como todas las mañanas
-y ojalá no sea como el mañana-
hoy es tal vez un poco más serio,más agudo,
creo que hasta un tanto siniestro,

el de hoy duele de a madres, como si tragase
un puñado de dolor sin agua, como a huesos
mal cuidados en un mal invierno, como salir
a remover las sombras y de plano no encontrarte,

es gritar tu nombre en despoblado
y que el eco me regrese como aroma de tus labios,
es recordar que después de ese adiós te escondiste
a lodo y piedra entre la distancia y el silencio,

lo de hoy es como mirar el mundo con los párpados
a media asta y no encontrar el rumbo a tu mar,
ni barca que me lleva a ti mi horizonte,
es como decir; carajos, esto ya es muy serio,
y dejar que el alma se me escape al fin, sin fin.

8.4.10

miércoles, 7 de abril de 2010

Aún...


Aún…

estás en mi mirada junto a los cristales de la acera
que una noche fueron tan estrellas
-tan divas las divinas-
que le pesaron tanto al celo del negro firmamento
que las reventó en un descuido parpadeo
de su centinela medialuna,

en el viento con su aroma a mar en llanto
y en las ráfagas de los suspiros
que me llegan, unas veces bravos,
otras calmos como olas de ese tu mirar tan verde,

en el místico tic tac mito del sonido tiempo
que no pasa ni con el sórdido silencio
que hay entre atardeceres y alboradas
donde no me encuentro sin ti mi horizonte,

en las miradas indiscretas que escudriñan mi mirar
cuando más me hago el fuerte y le vale madres a la nostalgia
que se escure sin piedad alguna por los lagrimales
hasta caer en la taza de café donde me ahogo
al saber que no, que después de tanto y todo, no te has ido.

Due® 6.4.10

martes, 6 de abril de 2010

Sencilla…


de pronto pensé que era posible
evitar el dolor del duelo
y traspasar el dintel del campo santo
para regar de nuevo con agua blanca las palabras,
y con fe los viejos verbos,

soñar que nada estaba muerto
que todo era un paréntesis,
acaso un navegar los dos
en diferentes puntos suspensivos,

y creí que en ése divagar nacían nuevos versos,
y tú los comprendías,
que se borraban las palabras
que pronosticaban lluvia y despedida,
que cerrábamos los ojos y la tinta se vertía
y florecía poesía sencilla
de nuevo en tu espalda como lienzo,

y que en un suspiro abrías las pestañas
rejas de mi alma, y me negaba a sentirme de ti libre,
y que el sol se ponía entre nosotros
y te miraba como siempre; único horizonte,

y que en el campo florecían violetas
y por ello era santo, y me tomabas de la mano
y me decías que nuestra despedida fue una pesadilla,
y te quedabas a mi lado a velar la vida de los verbos
donde tú y yo... hacíamos como antes la poesía.

Due® 5.4.10