lunes, 19 de julio de 2010

Ojos....


que ganas de no haber perdido
el verso aquel
en donde atesoré el final de tu mirada
-esa verde calma, tan calida,de luz tan llena-
para iluminar con ella ahora los rincones
donde vagan cual dolores los recuerdos
y tu partida -el dolor de tu partida-
y entenderlos,
y sanar de ellos y salir por fin de ti,

pero para qué medio morir
sí ya sabemos que el juntar
de nuevo alguna vez nuestros caminos
no esta en ti,
ni en la fuerza de mi mano,
ni en el entender a cabalidad
las trampas del destino,

¿entonces para qué filosofar
si ambos sabemos
que la vida sabe más que uno?

creo que lo siento;
pero hay veces que el destino se oscurece
sólo para que uno mismo lo ilumine
con ojos honestos
con esos que cargan valiente
la mirada que no se extravía
en los recovecos de ningún recuerdo.


Due® 18.7.10

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