jueves, 29 de abril de 2010

Apenas…

tenía la ilusión
de que fueras para siempre
y no agua que pasa refrescando
la mirada
el corazón
y la inocencia del campo
aromado de violetas

y en un descuido mío
en una ilusión tuya
miraste hacia la mar
que decidiste no tenía tanta sal como debía
y con la honestidad de tu moral en turno
te llevaste tras de ti mi llanto para aderezarla

y te fuiste
y fuiste agua de río
apenas hipo de la mar
que borra mal los pasos de mi andar
tras de tu alma
apenas agua
apenas pena del dolor del para siempre.


Due® 29.4.10

domingo, 25 de abril de 2010

Compromiso.


en silencio, tragándome en seco
las ganas de decir una imprudencia,
te extiendo por la espalda en un
clandestino abrazo mis sentidos,

qué serás en mi esperanza qué me
envuelves párvulo con tu presencia
en la inseguridad de mis palabras,
qué serás qué cuando te miro
-aunque sea,un breve instante-
revives en mi corazón
los tartamudeos adolescentes
de aquel que fui, ignorante de la vida,
docto de los sentimientos,

nada quisiera más que poder recordar
la antigua sobriedad de la cursilería
para poder decirte;
déjame, ángel, ser trapecio y red
en los malabares de tu vida,
confidente guardián de tus sueños
que no cuentas por sentirlos desvaríos,
permíteme ser hombro de apoyo,
custodio de tu llanto en las frustraciones,
y que me lo creas,
que lo permitas,
y que admitas que aunque en sueños
esperabas mis palabras,

si tan sólo el mundo no se hubiera hundido
en los prejuicios y me fuera permitido
que al extenderte por la espalda
el anónimo abrazo sintieras como con mis dedos
cuento y recuento cada pluma de tus alas,
y tropiezo con propósito mi amor
entre tus vértebras, verías ilusión,
que al tragarme el silencio
mis palabras tomarían por ti vuelo,
y alejándome de la cursilería,
hablándote en serio sin metáforas
que no comprendas,
te diría corazón;
que las malas trucaría por bellas,
y contigo y por ti, me comprometería.

Due® 25.4.10

jueves, 22 de abril de 2010

Lágrimas.


Cómo olvidarlas si en su momento como bella ilusión
me pareció que era el peso de mi cuerpo sobre el tuyo
quien las exprimía de tu alma, era tarde y la luz de las bombillas
de la calle auguraba el fin de ése día y quizás de los mañanas.

Me mirabas a los ojos, lo hacías como quien mira un tronco,
el campanario de una iglesia o la arquitectura de algún faro
en la punta sur de alguna isla, me mirabas, lo sé,
porque aún me arde el orgullo en el recuerdo
del aroma de violetas en donde creí,
sellaban abrazadas nuestras almas el compromiso
que sin firma en documento alguno dice honesto; para siempre.

Las recuerdo y aún me duele tu mirada clavada en mi alma,
me duele porque mientras las miraba rodar por tus mejillas
yo imaginaba inocente que lo hacías, mirándome como un tronco sí,
pero como aquel que con el tiempo y agua enverdece
y da hermosos frutos, sé que me mirabas como campanario;
sin embargo tu corazón no escuchaba música ninguna
ni el golpe del badajo en la campana,
no profundizó en ningún momento en la luz que enciende
por la noche el farolero y que a la distancia salva de naufragios
o acaricia con pasión la unión del cielo con el horizonte

me miraba en tu mirada cruzando enamorado de tu mano
cualquier infortunio y sentía emocionado que el par de gotas
de agua clara que inundaban tu mirada era el llanto del amor
que sabe que el amor no es perfecto, pero perfectible sí,
con amor y con respeto


Cómo olvidarlas si en su momento como hermoso espejismo
me pareció que era el peso de mi amor sobre del tuyo
quien inauguraba esa bella lluvia blanca,
sin imaginarme nunca, amor, que tu alma era etérea, lacia y ligera,
era tarde corazón y volaste con presteza rumbo a la luz de las bombillas
como hermosa mariposa hacía la calle con rumbo,
quizás, a los mañanas,
las recuerdo ahora cuerdo, las recuerdo con las mías escurriendo
por los ojos y rezando sencillamente por tu alma.


Due® 21.4.10

martes, 20 de abril de 2010

y callar


cómo no perderme en el cielo crespo de tu pelo
para enredar mis dedos con mis miedos
e inhalar tu aliento y, callar,
y tragarme mis palabras
que se quiebran por decirte cuanto te deseo
cual si fuera una plegaria,
un sueño,
un último rezo,

cómo no extender con discreción mis manos
y en aquello que tú sientas como abrazo
transmitir las lindes de tu espalda,
las plumas de tus alas,
los tropezones de tus vértebras
al lugar de mi alma donde atesoro los recuerdos,

y callar, y esconder la pena de sentir a flor de labio
el aroma harto de calor de tu aliento
cuando dices; hola,cielo,
fuego o hierba y me incendia un fuego de artificio
que me dura un día, una noche,
y la ansiedad de repetirlo mientras extravío la mirada
en las tardes húmedas de lluvia
dibujando tu sonrisa en la ventana,

cómo explicarme que no me es permitido
como ser mundano ni tocar tu mano,
ni insistir con suspiros como cantos
que sé sonarían profanos,
ni siquiera me es dado que mi alma
te declame un verso
o sople mis angustias en tu nuca,
ni allanar tu santidad de ser alado
sin perderme para siempre
en la inmensidad de tu mirada.

Due® 20.4.10

No comprende.


pasan cosa por la vida
que no comprende ni la vida misma,
una palabra a destiempo,
una sardónica sonrisa que debiera ser un guiño,
un abrazo, diez segundos, dos palmadas en la espalda,
un adiós y Dios quiera que sea la única mentira,
palomas mensajeras con humo entre las alas,

pasa vida por las cosas que uno no comprende
pues se quedan fijas
-ay, tan fijas-
como el brillo de mis ojos en los tuyos
que ahora sólo se refleja en los espejos
cuando estoy a solas e imagino tus luceros fijos
en mis ojos cual pintura bella enmarcada
por el alma aún enamorada,

pasan cosas vida, y pasa apenas vida
por lo que se siente un alma desdichada,
uñas por la piel que enroscan besos olvidados
intentando borrar aquel te amo
que en tu locura pasajera de mi vida
escribiste en el lado izquierdo de mi pecho
y que hieren en los mañanas corazón,
duelen a que tú no vuelves,

y la cruz que cargo por tu ausencia
en el alma vida sería vil si no supiera que tú vida,
que tú alma, que una parte de tu vida
y de tu alma se quedaron como hacienda
en la parte de mis sueños que saben que existes,
y en la eternidad de mis recuerdos
que viven abrazados a ti amor, a mí alma,
y aquí en la parte de mi pecho donde vive tu adiós
al que no le encuentro explicación
ni reinventándote en mis versos,
ni en las cosas de la vida, ni en la vida.


Due® 20.4.10

viernes, 16 de abril de 2010

Efímeros…


tal vez hayas sido tú con las nubes de humo
que invadían tu corazón nublando ilusiones y certezas,
dejando sólo al descubierto el pragmatismo
de tu alma que te hacía mirar las bombillas
de los cielos sencillamente como estrellas,
subiendo únicamente en ascensores a los cielos,
o tu paso firme por tus playas mirándome
tan novio, flotando enamorado tras tus pasos,

tal vez hayan sido las nubes de humo del amor,
ese que se siente como mariposas en el vientre
y que triste pero cierto,
sólo es la reacción química de los cerebros,
o el telón de luz que lo único que no ilumina es la razón,

o yo, amor,subiéndome de un brinco
a hurtadillas a los andamios de los ángeles
a cambiar por bombillas las estrellas
y que los poetas, locos y amantes
viendo al cielo suspiraran y jamás notaran
que las luces que a sus amantes dedicaban
eran sólo ilusiones,
pues los brillos de lucero,tú lo sabes,
los guarde completos en lo profundo de tu alma
y tu mirada encantadora como mar en calma,

tal vez haya sido que debimos ser más claros
en vez de usar prestado el idioma legendario
que se expresa fácil al decir
un nunca,
un por siempre,
o suspira a cada instante el amor eterno
sabiendo que el nunca es el pasado sin preguntas,
el siempre es incierto cual mañana,
y los enamorados por mucho que se amen,
son tan sólo breves pasajeros del amor que hace leyenda


Due® 16.4.10

miércoles, 14 de abril de 2010

Dicen…


que la mar de tu mirada verde se extravió
entre tantos miramientos que buscaban
estrellas y flores atrás de la caracola rosa
en donde encerré para tu alma la oración
de los mañanas que murmura el viento
al que le enseñé amoroso a recitar tu nombre,

que la perdiste como a las arenas de tus playas
que se te escondieron minúsculas como eran
entre los pasos de tus pies menudos y que nunca
encontraste entre tanta búsqueda la cruz del mapa
del tesoro que entre nubes de falsas ilusiones
nunca viste que por ti clavada estaba en mi pecho,

que se te ahogaba entre tanto llanto seco cuando
creías haber encontrado algo que valía la pena
y la vida te bromeaba dando una vuelta pequeñita
y lo que creías que valía eran solo penas sin caricias
ni palabras para tu alma y las cenizas de mis versos
no prendían, no ardían, no iluminaban tu aliento,

hablan de oídas pero nada saben, cuentan con envidia
de lo que jamás tuvieron, dicen lo que inventan
porque nunca vieron que en el agua de mis ojos
aún navegas, que perteneces al ritmo de mi pecho,
a cada uno de mis sueños y desvelos, a mi piel y carne,
a mis huesos, a mi aliento y a las letras de mis versos
en donde dicen con verdad que te rezo en cada madrugada.

Due® 14.4.10

domingo, 11 de abril de 2010

Desencanto


Hay instantes en que la vida entera .
no sabe ni a pinche vida,
la verdad se duerme perturbada,
la mentira se sabe con docta perversión
que es de la verdad un cabo suelto
y se perfuma,
y lo presume,
y empaña la mirada
-la de uno-
con rimel o mermelada,
el mañana no tiene mañana,

falta el café en la despensa,
no hay con quien partir el pan
-o peor aún-
no hay necesidad de prender
el horno donde ya no hay ascuas de felicidad,
y uno sintiendo en carne viva el vivo desaliento,

hay momentos en que la vida se entremete
hasta la médula del espinazo,
y se sabe fría,
y uno vivo,
y se encona en la artritis,
y más valdría no despertar cuando se esta dormido,
y no se sabe dormir cuando se está despierto,

un mes más, pudiera ser domingo,
ya es abril, carajos,
y la vida con sus cosas de cajón,
y la lengua abrasada con siniestro amor al paladar
y, ¿Dios…cuándo cambiaran las cosas?,

y voltea uno y no hay horizontes
ni palabras de aliento ni quien las articule,
y cavila uno;
hay momentos en la vida
que la vida misma pesa tanto
que las muertes de los desencantos saben a descanso.


Due® 11.4.10

viernes, 9 de abril de 2010

En despoblado.


no se trata de ese dolorcito tibio y lindo
que nace en la garganta y se resbala despacito
hasta el estomago del alma cuando te recuerdo

no es como todas las mañanas
-y ojalá no sea como el mañana-
hoy es tal vez un poco más serio,más agudo,
creo que hasta un tanto siniestro,

el de hoy duele de a madres, como si tragase
un puñado de dolor sin agua, como a huesos
mal cuidados en un mal invierno, como salir
a remover las sombras y de plano no encontrarte,

es gritar tu nombre en despoblado
y que el eco me regrese como aroma de tus labios,
es recordar que después de ese adiós te escondiste
a lodo y piedra entre la distancia y el silencio,

lo de hoy es como mirar el mundo con los párpados
a media asta y no encontrar el rumbo a tu mar,
ni barca que me lleva a ti mi horizonte,
es como decir; carajos, esto ya es muy serio,
y dejar que el alma se me escape al fin, sin fin.

8.4.10

miércoles, 7 de abril de 2010

Aún...


Aún…

estás en mi mirada junto a los cristales de la acera
que una noche fueron tan estrellas
-tan divas las divinas-
que le pesaron tanto al celo del negro firmamento
que las reventó en un descuido parpadeo
de su centinela medialuna,

en el viento con su aroma a mar en llanto
y en las ráfagas de los suspiros
que me llegan, unas veces bravos,
otras calmos como olas de ese tu mirar tan verde,

en el místico tic tac mito del sonido tiempo
que no pasa ni con el sórdido silencio
que hay entre atardeceres y alboradas
donde no me encuentro sin ti mi horizonte,

en las miradas indiscretas que escudriñan mi mirar
cuando más me hago el fuerte y le vale madres a la nostalgia
que se escure sin piedad alguna por los lagrimales
hasta caer en la taza de café donde me ahogo
al saber que no, que después de tanto y todo, no te has ido.

Due® 6.4.10

martes, 6 de abril de 2010

Sencilla…


de pronto pensé que era posible
evitar el dolor del duelo
y traspasar el dintel del campo santo
para regar de nuevo con agua blanca las palabras,
y con fe los viejos verbos,

soñar que nada estaba muerto
que todo era un paréntesis,
acaso un navegar los dos
en diferentes puntos suspensivos,

y creí que en ése divagar nacían nuevos versos,
y tú los comprendías,
que se borraban las palabras
que pronosticaban lluvia y despedida,
que cerrábamos los ojos y la tinta se vertía
y florecía poesía sencilla
de nuevo en tu espalda como lienzo,

y que en un suspiro abrías las pestañas
rejas de mi alma, y me negaba a sentirme de ti libre,
y que el sol se ponía entre nosotros
y te miraba como siempre; único horizonte,

y que en el campo florecían violetas
y por ello era santo, y me tomabas de la mano
y me decías que nuestra despedida fue una pesadilla,
y te quedabas a mi lado a velar la vida de los verbos
donde tú y yo... hacíamos como antes la poesía.

Due® 5.4.10

sábado, 3 de abril de 2010

Habria...


habría que abrir de nuevo el inventario
de aquellas palabras que se te gastaron
entre tanto intento mío, entre tanto sueño tuyo,
y colorearlas,
darles brillo
y formarlas una a una frente al paredón
de los grafitis
y encerrarlas en un corazón
hasta que expriman tinta ellas solas y escriban,
si aún se puede,
tu nombre entrelazado junto al mío,

habría que desmembrarlas y jugar con cada letra
a ver si nace de casualidad algún reencuentro,
una sopa sazonada con la sal de tu abandono
o quizás un nuevo bello verso,

para extrañarte más habría que volver
a lloverte a corazón abierto las palabras del destierro
y recorrer con ellas y el Dio mío porqué la línea divisoria
que se quedó gravada entre el te amé y el te amo

no lo sé amor, creo que nunca se extraña demasiado,
por lo menos no cuando se fundan lugares nuevos para estar,
situaciones donde nunca ni tú ni yo nos encontramos
lugares, palabras, versos donde nunca se ha estado

Due® 3.4.10

viernes, 2 de abril de 2010

Días y noches…


Hay noches tan oscuras que funden
en su etéreo cuerpo tus miradas destinadas a mi cuerpo,
hay mañanas que pierden entre besos su albedrío
y se sienten noches,
y entre noches inventadas y sentidas,
y etéreos nocturnales cuerpos,
tu razón junto a la mía caducan
unas veces de a de veras, otras de a mentiras,

y un aliento tuyo,
un suspiro mío,
una gota de tu cera piel de vela,
el abraso mío en tu pelo jardín de todos mis deseos incendian;
cama, sábanas intimidadas por las humedades,
nuestros labios que salivan y crepitan con el fuego,
nuestros fuegos que descansan y de nuevo se incendia,
y entre vez y vez, se inventan...se reinventan,

hay noches tan oscuras que nos funden con su cuerpo,
y mañanas que se niegan a obedecerle,
hay noches oscuras que se alegran
con el sexo de los fuegos de artificio,
y se pasman al mirarnos artífices del fuego,

hay noches en vela perpetua,
mañanas inventadas como noches,
y días enteros locos de saber que amamos
unas veces de a mentiras,
otras de a de veras, pero siempre haciendo luz,
de una forma o... de mil modos.


Due® 2.4.10