y saber que el toque exacto
para trastocar la realidad de todos los sueños
en hermosas fantasías son tus labios,
tus ojos verdes cual la mar en calma,
tus pestañas celda de todos mis versos
y las emociones de tu espalda salpicada de lunares
cual migajas de luna en temporada
y no mis letras que no cambian nada,
ni las páginas enteras
que se mueren en el cesto tras la puerta,
muero corazón de nada
y de todos tus recuerdos,
muero mentiroso cual poeta
pues sigo respirando y
sé que sólo dueles en el pecho
y en el rincón de las carencias,
ardes a rabiar dos pasos antes del confesionario
y en el arrepentimiento de la media vuelta,
¡ay amor!
he llegado al grado del nefasto circulo del ocio
al escribirte y leerme sólo por instinto de supervivencia.
Due® 21.10.10
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