pasa el tiempo y el dolor
que se quedó en mí con tu partida
está como si nada,
el olvido a tu aliento manzanilla,
al brillo de tus tres lunares,
a la sonrisa de tus labios y tu sexo medialuna
no me llega,
no me hace el favor de ascender
del corazón a la razón,
mis dedos no se olvidan ni a mentiras
de que en tu piel sufrieron
un acceso terminal de insomnio
y por ello ya no duermen,
sufren y practican escribiendo nuevos versos,
nuevos verbos que den vida a algún poema
que no lleve tu nombre entre sus letras,
uno que se adhiera con verdad
y para siempre con amor a una espalda.
Que cabrón entró agosto recogiendo
con sus vientos el aroma de tu aliento,
revolviendo en mis ojos las arenas
que debieran estar allá en tus playas,
mojando con sus ultimas tormentas mis tormentas,
recordándome hiriente que el tiempo gira
siempre en torno de su propio tiempo.
Due® 3.8.10
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