y saber que el toque exacto
para trastocar la realidad de todos los sueños
en hermosas fantasías son tus labios,
tus ojos verdes cual la mar en calma,
tus pestañas celda de todos mis versos
y las emociones de tu espalda salpicada de lunares
cual migajas de luna en temporada
y no mis letras que no cambian nada,
ni las páginas enteras
que se mueren en el cesto tras la puerta,
muero corazón de nada
y de todos tus recuerdos,
muero mentiroso cual poeta
pues sigo respirando y
sé que sólo dueles en el pecho
y en el rincón de las carencias,
ardes a rabiar dos pasos antes del confesionario
y en el arrepentimiento de la media vuelta,
¡ay amor!
he llegado al grado del nefasto circulo del ocio
al escribirte y leerme sólo por instinto de supervivencia.
Due® 21.10.10
En ocasiones los sentimientos son como papeles, papeles que se incendian con una mirada, papeles que sirven de secantes a las mejillas, papeles importantes que vuelan cuando más importantes son con fuertes suspiros al abrirse cual portafolios en la intemperie de la inocencia. O sencillamente se vuelven Papeles en el Cajón de los recuerdos y se guardan como remedios, sólo por si acaso, en una de esas, la nostalgia nos apuñala los versos del corazón.
jueves, 21 de octubre de 2010
sábado, 9 de octubre de 2010
Aromas.
ya no te reflejas más
en ninguna mísera retina,
que pálido es tu designio,
sólo queda tu hermoso aroma
pues los ojos junto a las miradas cual hollejos
fueron ya cosecha malograda
en la ultima vendimia,
los rayos de tu sangre ya no ofenden,
no se escuchan ni en los gritos de piedad
del tímido huele de noche,
la luna sangra ya sus últimos detritos,
escogiste perfumarte esta vez
con almendras y adelfas,
palma pues maldito ángel,
muere una y otra vez velado
en el silencio de cada madrugada…
Due® 09.10.10
en ninguna mísera retina,
que pálido es tu designio,
sólo queda tu hermoso aroma
pues los ojos junto a las miradas cual hollejos
fueron ya cosecha malograda
en la ultima vendimia,
los rayos de tu sangre ya no ofenden,
no se escuchan ni en los gritos de piedad
del tímido huele de noche,
la luna sangra ya sus últimos detritos,
escogiste perfumarte esta vez
con almendras y adelfas,
palma pues maldito ángel,
muere una y otra vez velado
en el silencio de cada madrugada…
Due® 09.10.10
jueves, 7 de octubre de 2010
Del alma.
Acaso cerniendo por las madrugadas
mi fe y la esperanza junto a la luz
de los luceros tímidos y tibios
que sólo tendrán brío para prender
las ascuas que deja el olvido.
La noche caerá como siempre
y se tornará en mí eterna con color de plomo.
Te iras, pues en tu sino no había cabida
para éste loco enamorado que cambio la ruta
del destino que marcaban sus once campanadas
por el verde mar de tu mirada.
¿Para qué entonces quiero luz de aurora
si lo que calienta el corazón,
lo que llena el presente de vital amor es saber
de tu mano en la mía,
mi cabeza en tu hombro
y la huella de tu vida en mis pasos?
La noche, espero la noche redimiendo las angustias
con un tónico de medialuna a cucharadas grandes
y calentándome los labios ya no con los tuyos,
ya con un té de manzanilla ¡ah! que remedios,
todos parte de tu parte, ésa que a flor de mí dejaste.
Cuando te vayas no habrá alborada
¿para qué habría de haberla si la luz,
luz del alma mía, eres tú cual faro protector
del puerto aquí en mi mirada?
Lo sé, muero de trivialidades.
¿Pero qué sería ahora de mi historia
corazón del alma mía sin tu paso por mi vida?
Due® 06.10.10
mi fe y la esperanza junto a la luz
de los luceros tímidos y tibios
que sólo tendrán brío para prender
las ascuas que deja el olvido.
La noche caerá como siempre
y se tornará en mí eterna con color de plomo.
Te iras, pues en tu sino no había cabida
para éste loco enamorado que cambio la ruta
del destino que marcaban sus once campanadas
por el verde mar de tu mirada.
¿Para qué entonces quiero luz de aurora
si lo que calienta el corazón,
lo que llena el presente de vital amor es saber
de tu mano en la mía,
mi cabeza en tu hombro
y la huella de tu vida en mis pasos?
La noche, espero la noche redimiendo las angustias
con un tónico de medialuna a cucharadas grandes
y calentándome los labios ya no con los tuyos,
ya con un té de manzanilla ¡ah! que remedios,
todos parte de tu parte, ésa que a flor de mí dejaste.
Cuando te vayas no habrá alborada
¿para qué habría de haberla si la luz,
luz del alma mía, eres tú cual faro protector
del puerto aquí en mi mirada?
Lo sé, muero de trivialidades.
¿Pero qué sería ahora de mi historia
corazón del alma mía sin tu paso por mi vida?
Due® 06.10.10
martes, 5 de octubre de 2010
Caracola.
ése día en mis manos no quedó
más que tu bella caracola rosa
que un día te dibuje en un verso lleno de poesía,
y curioso como soy,
y solo como estaba al apagar la luz del día
le corté ahí en donde nace su espiral perfecta,
y con ella en mis labios
le bufé con ira a la luna recordando el lunar de tu mirada,
le soplé nostalgia al verde mar de nuestra vida
que sollozaban de tristeza por perder
la ahora caracola mía,
le exhalé humedad de llanto al viento
que entendió de mi lamento
-y lo juro amor- tembló de frío,
le soplé desilusión a nuestro bello horizonte
que se comprendió ahora más como distancia
que destino como era.
El día amor que le sobré a tu vida,
ahora sabes tú,
me quedó en el corazón tu caracola rosa,
y en la vida... me sobró un suspiro.
Due® 04.10.10
más que tu bella caracola rosa
que un día te dibuje en un verso lleno de poesía,
y curioso como soy,
y solo como estaba al apagar la luz del día
le corté ahí en donde nace su espiral perfecta,
y con ella en mis labios
le bufé con ira a la luna recordando el lunar de tu mirada,
le soplé nostalgia al verde mar de nuestra vida
que sollozaban de tristeza por perder
la ahora caracola mía,
le exhalé humedad de llanto al viento
que entendió de mi lamento
-y lo juro amor- tembló de frío,
le soplé desilusión a nuestro bello horizonte
que se comprendió ahora más como distancia
que destino como era.
El día amor que le sobré a tu vida,
ahora sabes tú,
me quedó en el corazón tu caracola rosa,
y en la vida... me sobró un suspiro.
Due® 04.10.10
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