¿hace cuánto ya de aquel momento
en el que durmiéndote en mis brazos
sin querer te hería con filosofía
que hablaba con verdad
de que en verdad lo eterno no existe?
¿una tarde, siete siglos?
recuerdo el momento,
tu aliento,
la sonrisa de tu sexo,
tu blanco silencio,
la vida que llevabas en los labios,
tu mirada llena de horizontes
donde naufragué al creer que yo era uno de ellos,
recuerdo bien que te decía que las letras,
los verbos,
tu poemario,
las frases y oraciones,
los libros,
y todo cuanto hasta ahora haya sido escrito
son espejos
y que en ellos uno sólo mira
lo que desde siempre se llevaba ya en el alma;
que ignorante era yo de la verdad,
del cariño de antes,
del amor de ti amor que no se explica
con vulgaridades filosóficas,
ahora que no estás la eternidad se circunscribe
fiel a mis recuerdos como el fantasma de tu cuerpo
a la yema de mis dedos,
-no importa el tiempo-
compartimos un momento que bastó
para entender que desde siempre
eras tú, amor, eternidad en mis recuerdos.
Due® 23.07.10
.
En ocasiones los sentimientos son como papeles, papeles que se incendian con una mirada, papeles que sirven de secantes a las mejillas, papeles importantes que vuelan cuando más importantes son con fuertes suspiros al abrirse cual portafolios en la intemperie de la inocencia. O sencillamente se vuelven Papeles en el Cajón de los recuerdos y se guardan como remedios, sólo por si acaso, en una de esas, la nostalgia nos apuñala los versos del corazón.
lunes, 26 de julio de 2010
Surgió.
el dolor no vino de la despedida,
ni de las nubes de recuerdos atoradas
entre el pecho y la garganta,
no llegó andando con aquellas
piernas escurridas delgaditas,
azuladas
y frías
y saladas que rondan las mejillas
en algunas madrugadas,
no se aposentó en el corazón
al saber que no tenías vuelta corazón,
ni con la árida desolación
que se sintió en la piel
cuando tu aliento
pasó de manzanilla a nada,
el dolor no vino de amarte mucho
o de que me quisieras poco,
ni de los titubeos,
ni de saberte ahí sentada
al quebrarme con tu adiós
la esperanza junto a tu mirada
en lluvia verde calma,
el dolor salió de mí al saber
que cuando uno se sienta a pensar
en el porqué se ama;
es porque ya no se ama,
surgió de mi experiencia
que sabía bien que en los finales
nunca hay nada nuevo,
ni pañuelos blancos de a de veras,
ni palomas,
ni metáforas que suenen bien
cuando se habla de lo pasajero,
surgió del vaticinio
de leer en tus palabras de amor
que jamás maduraría tu inexperiencia,
brotó del mirar la prisa de tus pasos
por llegar al horizonte,
de entender tu embeleso
por las fantasías de otras playas
y de no haber logrado en ti
ni con obras ni palabras, enamorarte.
Due® 20.7.10
.
lunes, 19 de julio de 2010
Ojos....
que ganas de no haber perdido
el verso aquel
en donde atesoré el final de tu mirada
-esa verde calma, tan calida,de luz tan llena-
para iluminar con ella ahora los rincones
donde vagan cual dolores los recuerdos
y tu partida -el dolor de tu partida-
y entenderlos,
y sanar de ellos y salir por fin de ti,
pero para qué medio morir
sí ya sabemos que el juntar
de nuevo alguna vez nuestros caminos
no esta en ti,
ni en la fuerza de mi mano,
ni en el entender a cabalidad
las trampas del destino,
¿entonces para qué filosofar
si ambos sabemos
que la vida sabe más que uno?
creo que lo siento;
pero hay veces que el destino se oscurece
sólo para que uno mismo lo ilumine
con ojos honestos
con esos que cargan valiente
la mirada que no se extravía
en los recovecos de ningún recuerdo.
Due® 18.7.10
.
miércoles, 14 de julio de 2010
Mirarte.
y si cambian de manera de mirar mis ojos
y se beben por la sed de ti algunos nuevos mares
y mi voz se agrieta árida entre sales
en éste tiempo
de mirarte sin poder mirarte y de gritar tu nombre
en el silencio blanco
y el cuerpo con el alma se me seca
y se parte frágil al primer suspiro
cual rama de eucalipto
o te cambia a ti la forma de escuchar la vida
y tu mirada cambia de color de verde a nada
y tus labios sólo tiene besos
con nombre y destinatario
y dicen que han olvidado como pronunciar mi nombre
y tus pasos
o el destino te acercan de nuevo a mi vera
cómo han de mirarte si mi amarte es tanto
que aunque el tiempo haya metido mano
y el destino puesto trampas
mis ojos sigue siendo tuyos
para mirarte como eras
para amarte como eres
y para esperarte si es que sigue siendo necesario.
Due® 10.7.10
martes, 6 de julio de 2010
Y...
la lluvia de la tarde reposa sobre el pavimento
del oleaje de recuerdos donde aparcan los veleros
de papel itinerante con su cargamento de amor en verso
y
aunque baja en calma forma toda una mar de ruido
-tic,tic,tic-
que se regodea en el sabotaje de las esperanzas
impera tu silencio
y
los ecos se desbordan impidiendo delatar el llanto
de la negación del viento por acariciar la velas
y
el tiempo para, se ahoga en los sollozos
de la caracola rosa donde te guardé
aquéllos los susurros que me regalaste
al entrar y entrar y al no salirte aún de la antecama
y
lo sé
hay momentos en que claudicar es utopía
y
se cae ahogada la mirada
y
se seca la sonrisa y el recuerdo de la medialuna
y
las diez y diez de los mañanas
se acogen mudos al terror que el tiempo sufre
al saberse eternamente liado a la carátula
y
las palomas de humo regresan a su nido
mirando apenadas hacia el suelo,
cerrando el pico y sufriendo en plumas y alas
por la falta de algún mensaje tuyo
que le diga a los veleros
que ya es tiempo de levar las anclas.
Due® 6.7.10
viernes, 2 de julio de 2010
Deseos.
quisiera con el ama saber
que por fin sin contratiempos
llegaste al puerto que buscabas,
y que es calmo,
y con playas tersas
para abrirles una huesa
en donde amontonar
los corazones dibujados con mis dedos,
bello puerto bello con oleaje suave,
verde como tu mirada,
con horizonte del color del sin enojos
y sobre todo para siempre,
con nubes sin mejillas para el llanto
sin pañuelos blancos
cual banderas de andenes,
y que tus caderas ya no cambian
de acera ni para comprar manzanas,
que otros ojos se encandilan
con tu espalda y que ahí ya no hay vestigios
del poema de mi vida,
y que por tus lunares de lucero
y tu sonrisa medialuna
han pagado soles
y apagado cantos de jilgueros,
y que soy un cínico
que ardido de indolencia
por hoy me doy licencia de mentirte.
Due® 1.7.10
Suscribirse a:
Entradas (Atom)