ya no te reflejas más
en ninguna mísera retina,
que pálido es tu designio,
sólo queda tu hermoso aroma
pues los ojos junto a las miradas cual hollejos
fueron ya cosecha malograda
en la ultima vendimia,
los rayos de tu sangre ya no ofenden,
no se escuchan ni en los gritos de piedad
del tímido huele de noche,
la luna sangra ya sus últimos detritos,
escogiste perfumarte esta vez
con almendras y adelfas,
palma pues maldito ángel,
muere una y otra vez velado
en el silencio de cada madrugada…
Due® 09.10.10
2 comentarios:
Y en ese silencio, el de cada madrugada...hay aromas empecinados en grabarse para siempre en las retinas del tiempo, sacudirnos del letargo e invitarnos a respirar los recuerdos.
Un beso Francisco
Flor
Muchas gracias Flor, te envío un abrazo fuerte
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