domingo, 7 de febrero de 2010

Calido…


Cómo explicarte, tanto frío,
tanta sal, tanta soledad,
tanto cuanto te amo
si a las dos o tres horas
de la madrugada que le robo al sueño,
a nuestro sueño,
le ha caído con tu huida un balde de agua fría
y el tanto tiritar del cuerpo
no me deja desenredar la madeja de los verbos
que tengo enmarañados desde la punta de la lengua
hasta las rodillas de mi alma confundida,

cómo explicarte ahora,
abrigo, caramelo,
cama y compañía,
el guiño y la sonrisa de la luna
si nuestro lenguaje subversivo
ha sido descubierto
y no me llega la coherencia
para entender
nada de lo que está pasando,

cómo explicarte, amor,
que aquí te espero
si las hojas de nuestro calendario
se han ido terminado
y nuestros mañanas -los he visto-
se esconde allá en el pasado,

voy a escribirte un verso que contenga tanta sal
que se conserve inmune a la distancia
y cálido, cálido, cálido,
tan cálido que nunca mas circule
sangre fría por las arterias
y comprendas de una vez por todas
que la única distancia que te pertenece
es la que se hace con tus pasos
al mirar atrás, de allá de donde estas, hasta mis brazos. 1enero10

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