sábado, 6 de febrero de 2010

Justificando


y después de todo y de mí completo;
tu adiós, sin mas, ni ruidos ni lamentos
ni una explicación, ni una nota;
y en mi imaginación
los vuelos de los malos juegos de la mente
los rondines fantasmales de las dudas
y sin fundamento un; me voy a recorrer las playas
donde nunca he estado, voy a conocer susurro,
suspiros y caricias nuevas,
las tuyas tardaré en olvidarlas,
pero comprometen

y yo justificando tu partida siempre,
escribiéndote tratados de cursilería,
fundándote ciudades con calles solitarias de la gente
y empedradas, y tan llenas de nosotros,
con la moral dictada con tus labios y los míos,
con paredes grafiteadas
con tu nombre y un te amo y otro y otro,
y un árbol de corteza noble enorme
protegiendo en su piel un corazón latiente
con tu nombre y el mío,
protegiéndolo de lluvias y chubascos y Dios no quiera
que de llantos que sean desalmados,
y otro árbol guardándonos su sombra de verano
y tú allá… lejos, perturbándome la realidad
y haciendo dolorosos los sueños y los juegos,
y yo esperándote, amándote,
justificándote sin ruidos ni lamentos
y engrosando el tratado de palabrerías
que mueren ahogadas en silencio
acribilladas de amor… por la cursilería

Due® 6.2.10

3 comentarios:

José Antonio Fernández dijo...

Grata la lectura, si señor.

Begoña Egüen dijo...

Es agradable su verso en todo su contenido.
No me parecen cursis sus palabras....
es la realidad del momento.
FELICIDADES.

Anónimo dijo...

No sábes lo hermoso que es ver publicado en la red palabras de un gran ser humano, este es quizá mi primer comentario, bueno, ni quizá, lo es, pero me halaga poder dejar un comentario en una de las páginas mas bellas creadas por un hombre que es eso en toda la extensión: "H O M B R E" y enorme!

Gracias por compartirnos eso que sale de tu pensamiento, y es reproducido y plasmado por tus dedos, sin más por el momento me despido, dejandote un fuerte abrazo desde un punto perdido, en la Ciudad de México.