lunes, 8 de febrero de 2010

.Trascendencia


Hoy no hay nada que escribir,
por lo menos nada trascendente

el café frío sobre la mesa,
pan de otro día,
el horno que no prende
pues sabe que a solas
de nadas sirve calentar las manos

mis codos en tu mesa
mi rostro recargado en ambos puños

y en mi mente tú
que no vuelves ni a golpes de suspiros,
tú que aun no sabes
que a tu ciudad fundada con mis letras
le he compuesto un templo
de paredes altas por si pasa el frío,
ventanas enormes de cristales transparentes
para que entre hasta la luz del mas tímido lucero,
un campanario sin campanas
para que nunca suenen las partidas
y que ahí vivan libres las palomas de humo
con las que te envío a diario mis te amo

con tres bancas;
una de este lado para ti,
la otra para mí un poco allá –todas enfrentadas-,
y la de en medio para que descanse
entre nosotros el hijo del Señor que es verbo
y que vea que aprendimos
que esperar en las partidas,
reír con los recuerdos,
y llorar con las ausencias
son de nosotros nuevos rezos,
pues lo hacemos con amor por el amor

cariño;hoy no hay pistas de que hayas saldado tus haberes,
nada dice aquí en mi corazón que ya no tienes dudas
no hay señales en el cielo que me digan que regresas

ay Señor… como duele que hoy no tenga nada para escribir
por lo menos nada…que tenga trascendencia


Due® 8.2.10

1 comentario:

José Antonio Fernández dijo...

Pues te ha salido un poema redondo, eso que no tenías na da que escribir.
Saludos.