tenía la ilusión
de que fueras para siempre
y no agua que pasa refrescando
la mirada
el corazón
y la inocencia del campo
aromado de violetas
y en un descuido mío
en una ilusión tuya
miraste hacia la mar
que decidiste no tenía tanta sal como debía
y con la honestidad de tu moral en turno
te llevaste tras de ti mi llanto para aderezarla
y te fuiste
y fuiste agua de río
apenas hipo de la mar
que borra mal los pasos de mi andar
tras de tu alma
apenas agua
apenas pena del dolor del para siempre.
Due® 29.4.10
2 comentarios:
Eso del para siempre es mucho pedir, Francisco, yo me conformo con decir hasta mañana.
Buen poema, muy sugerente y nostágico.
Un abrazo.
tal vez por ello sólo fue una ilucion.... Muchas gracias José, un abrazo fuerte
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