jueves, 11 de marzo de 2010

Alevosía y ventaja…


Cuando mis manos
se hayan secado de tanto escribirte
y caigan al piso desahuciadas
como lo hicieron de mi libreta las hojas
con los versos escritos que nunca quisiste
o como caen en el otoño
las de aquel nuestro árbol
que cambia de cabellera y se deja
eterna y decorosamente puesto
su abrigo de corteza con nuestros nombres
grabados a fuerza de la alevosía de navaja
y mis dedos sigan vivos y se separen
de las palmas que agonicen del dolor
de nunca mas sentir de tu piel la vida
y se lleven entre las uñas mi mas sentido te amo
y reptando se entierren cual pacientes gusanos
en la tierra fértil a esperar el primer llanto
de algún amante enamorado que le sepa a lluvia
tal vez de ahí, de ellos, germine un verso
que crezca y se sienta árbol
y herede en su piel y cabellera
la ventaja de mi amarte en papel
con lejanía, en ausencia,
para ahora, para siempre, contigo y sin ti,
con presencia, con tus dudas,con mis versos
con el corazón, con mis manos, con mis dedos,

tal vez en una de esas que suceden en la vida
te detenga el cansancio de tu errar
sobre el camino,y el verso germinado
se sienta tanto árbol que te sientes
a descansar bajo a su sombra
y su sombra huela tanto a mi poesía
que cortes una hoja y la suspires
y por fin mis manos
sepan a conciencia que por fin las tuyas
atesoran mis versos escritos
que antes no quisiste...

Due® 12.1.10

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rendirle culto a la espera en esta liturgia de versos hace que el camino valga la pena.
Raro es el amor, a veces pasamos una vida golpeando la misma puerta y las siguientes, esperando el milagro.

Un beso de tu asidua lectora