jueves, 4 de marzo de 2010

Algunos


hay algunos que se sientan ahí,
en una mesita al lado de una lamparita,
en la banca de algún parque,
en la cama al lado del cadáver de palomas mensajeras,
al lado de su angustia
tomados de la mano de su soledad tan sola,
acompañados en la cama
con un cuerpo vivo al que ellos ven inerte,
salando con llanto las heridas de la cara
junto al café enfriado a base de suspiros,
con el corazón latiente a modo de tintero
y
un fusil
un cuchillo
unas llaves
un lapicero de oro
una pluma de pescado -ellos pueden todo-
con papel carbón el mas organizado
un ordenador o una estilográfica
y escriben

escriben

escriben

Y hay otros,
aunque en realidad son los mismos
vistos desde el otro lado de la vida
ellos,todos,
son como moneda con su cara y cruz
y su canto
que lo mismo suena a sobriedad
a locura
que al canto del filo de una espada…

y estando así,del otro lado,son afortunados
y caminan

no se sientan

no descansan
son los pasos de los leones en las jaulas

se mueren,claro que se mueren
se atraviesan el corazón con una rosa,
se cortan en vertical las venas con el filo de un poema
y fundan ciudades enteras donde sólo viven dos,
ciudades eternas con morales construidas
con mordiscos de los labios,
y escriben en el pecho de un amado,
en la espalda de una dama,
en la nieve,
porque saben que hay nieves que calientan los inviernos
no se cansan,
no se cansan
hasta de cenizas hacen su tintero

y escriben ambos, que sin duda son lo mismo
escriben tonterías;
que bajan una estrella,
que la luna les sonríe o peor aún,
que la luna es la sonrisa de una o diez amadas,
que camina por los mares,
que se mueren siete veces y ocho veces resucitan,
que las nubes son de algodón de azúcar,
que no hay diosas mas bellas
que la bella que les bota el corazón
a un cesto y los desprecia,
que se paran de puntitas
y le miran el escote a la vida,
que hacen de un toc toc lo mismo el latido
de una vida entera que una absurda contraseña,
que hay campaneros locos que se embriagan
con los faroleros para que en la ciudad fundada
para ellos mismos no haya llamados para misa
ni la luz que lleve versos a buen puerto,
que la vida se termina a la diez y diez de los mañanas
y comienza con las once campanadas
escuchadas en la banca de algún parque
en donde digamos nunca estuviste,

y se dicen ellos mismos que son locos,
se dicen amantes,que es lo mismo,
y mienten,
mienten,
mienten con descaro,
inventan vida eterna,
prometen las estrellas,
no se tientan la razón para ofrecerse ellos mimos
a inaugurar la piedra de los sacrificios
o se sacrifican de verdad por una mirada,

y escriben; y se dicen literatos,
son locos,
y aman con descaro,
y odian a rabiar,
y son igual que todos
de carne y de huesos
unas veces mas hueso y casi sin ninguna carne,
y son mentirosos, demonios mentirosos,
y se dicen que vienen de casta divina,
y se dicen escritores,
se dicen amantes,
se cuentan con los dedos de las manos,
cuentan los mejores cuentos,
y mienten para quien no entiende
que los ojos son para mirar lo que es tangible
lo demás…lo demás,bueno o malo
lo que miran ellos es para benditos locos
para amantes sin remedio,
cosas sólo de poeta
5.1.10

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