miércoles, 24 de marzo de 2010

Nostalgia


la lejanía le guiñe un ojo a los calendarios,
a las fronteras, festeja su concubinato
fumando en una banca de la sala
donde esperan los relojes pacientes
que han perdido la esperanza,

en el andén los baúles
-celda de la letra muerta-
despiertan al oír pasar el tren
de los recuerdos a hora incierta,

las cartas se lavan la vergüenza
ajena de la cara bajo un chorro de nostalgia,
tratan de ocultar entre borrones
y pañuelos blancos su propio desconsuelo,
saben, el tiempo lo recita todo el tiempo,
que el cabús es la primera y viceversa,
que el boleto era sólo de ida,
su reclusión les duele a sepia,
les sabe a hipo descompuesto,

hay nostalgia que no mueren
hasta ser lloradas, hay muertes
que reviven con la herida de la pena viva,

hay trenes que no llegan a frontera alguna,
inventarios que nunca se terminan,
saldos que jamás vivieron los haberes,

hay pacientes que no pierden la esperanza,
existen lejanías ciegas que no lo saben todo.


Due® 24.3.10

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El hablar de la nostalgia me remonta a aquéllos transeúntes arropados con vestimentas descoloridas como la caldera gris del cielo parisino que destila sombras teñidas de melancolía.
Cuando leo tus poemas se enciende el atardecer, poniéndole un rostro más espeso a este recinto, donde los sueños, son apenas refugio de hielo y nieve…

Un beso

José Antonio Fernández dijo...

Muy buen poema, con un tono algo más abstracto. Me gusta.

Clara Schoenborn dijo...

Francisco: en este poema le has dado un giro a tu estilo que por ello no deja de ser bello en su estructura y contenido. Un abrazo.