miércoles, 17 de marzo de 2010

Concebir.


Que ganas, hoy a la distancia
de querer saber que en un desliz
la vida te haya extraviado el alma,
la mirada calma
y la calma en cada madrugada

y saber que en una noche a solas tus ojos
han rodado de sus cuencas hasta el río
en donde se me ahogaron
lamentos,
suspiros
y llantos,
y en una orilla estén húmedos
de una o dos de ésas traiciones
que estallan en silencio y que arden tanto,
que duelen tanto, que significan tanto
que lo dejan a uno sintiéndose sin madre
y que saber sòlo de ése río el beber te sea permitido
y mientras bebas la lengua y el paladar
se empasten en tu alma tanto
que quieras redimirte abrevando,

que ganas de querer saber
que después de tanto tiempo
el tiempo en un rencor,
te atoró los sueños allá en mi pasado,
y vivas con insomnio
con ganas de volver a verte en mi mirada
y hayas pedido la esperanzas de salvarte
y que concibas que el perdón
estaba en el hablar y explicar tu huida
y no en esconderte atrás de una simple riña

que ganas, sólo ganas de que sepas
que hay días de vivir y otros de pensarte,
noches de soñarte y sueños de olvidarte,
heridas que no cierran y cicatrices que se extrañan,
días de querer días de falacias
y falacias de creer que sin ti, no concibo ni la ira.


Due® 17.3.10

1 comentario:

José Antonio Fernández dijo...

Como siempre, muy bueno. Un saludo.