miércoles, 20 de enero de 2010

Amiga


Amiga, usted no lo sabe, pero de vez en vez
la encuentro en los pasillos de mis sueños
y antes de acercarme a usted, la miro
y la miro desde lejos, es decir; la admiro

y lo hago así,de lejos,para no perturbarla
se vé usted tan bella resolviendo sus problemas,
cavilando, y cargando con los míos

-carajo que incorrecto soy en sueños-

pero se ve usted tan fuerte, tan de una pieza
que cuando me dice hola cómo estás
le respondo sin consideración
con mis problemas de humo que me ahogan tanto

y sé que no lo sabe, aunque tal vez lo intuye
pero le quiero tanto que sin miramientos
me aprovecho y le acribillo con lo más intimo de mí
que en estos tiempos no son caramelos
sólo es humo del que no se fuma

y usted tan bella, como espantando moscas
disipa la nube y me toma de la mano
y me dice con la ternura toda de la madre
aquí estoy, reposa tu cabeza en mi hombro
y se siente tan bella y me siento tan bien
y las moscas y el humo se disipa tanto
que me gustaría quedarme a vivir en ése sueño

pero usted enérgica -y yo tan párvulo-
me mueve con el codo en las costillas
y me despierta y de nuevo carga
con todas mis broncas, me pone una luz en cada mano
y me arrea cual niño testarudo de nuevo al camino

entonces sé que usted intuye que cuando
duermo sueño en las cosas importantes de la vida
y por eso usted se queda tan quieta
tan serena conociendo todo lo que hay de mi
y no se inmuta, aún así sigue de una pieza

decirle que soy bueno o malo
sería absurdo aún en sueños,usted me conoce
y a pesar de todo y de mi mismo
sigue a mi lado,por ello es que poco le hablo
de lo bien que le hace usted a mí,a mi existencia

no sé si ha quedado claro amiga
espero que ahora usted sepa que cuenta conmigo
pues a menudo la encuentro en mis sueños
y ahora usted sabe en que empeño ése tiempo

yo ahora entiendo sin dudas la razón que existe
de que a menudo me la encuentre en los pasillos

ahora sé que usted se queda quieta
no para que la mire, se queda quieta
para que me apoye en usted, y no resbale,
para que no me caiga,
y para que yo tan obstinado sepa de una vez por todas
cuanto cuento con usted, ahí en la vida y en su hombro...

20.1.20