En ocasiones los sentimientos son como papeles, papeles que se incendian con una mirada, papeles que sirven de secantes a las mejillas, papeles importantes que vuelan cuando más importantes son con fuertes suspiros al abrirse cual portafolios en la intemperie de la inocencia. O sencillamente se vuelven Papeles en el Cajón de los recuerdos y se guardan como remedios, sólo por si acaso, en una de esas, la nostalgia nos apuñala los versos del corazón.
jueves, 11 de marzo de 2010
Un día…
un día juntos soñamos y otro lo hicimos despiertos
y muchos lo hicimos en un pie y en el otro,
atorando la puerta por sí los acaso,
en cama prestada desnudos al aire
y otras sobre sábanas desahuciadas
en hoteles con autenticas estrellas de cielo,
sin vergüenza como conejos,
y con moral como ateos conversos,
lo hicimos con ganas desde el acné hasta
tiempo profético de las canas y el aburrimiento,
en el balcón frente al mar con su brisa suspiro
con prisa, con calma, sin andar por las ramas,
en el mar con espuma y tus ganas de repetirlo,
en la oscuridad por los kilos de más y a tientas
y en la esquina necesaria donde las ganas
no se aguantaron y se dieron…cedieron…se dieron,
un día lo hicimos como soñando,
como soldados; preparen, apunten…fuego,
como dormidos, como enojados,
con gritos, con silencio, con callando,
como olvidados, frente al azar con los dados,
de un lado, del otro, con odio…no así no,
de frente, de espaldas, en la sala, en la cocina,
en el baño, en la recamara con el libro hindú
reposando en la almohada y al pie de la letra,
y sin letras, dejándolo como abecedario de párvulo,
un día se pasó y creció en semana,
y las semanas pasaron y maduraron,
y los tiempos se acumularon,
y los cúmulos se deslizaron,
y tú y yo juntos soñamos,
y despiertos cumplimos la vida
y lo hicimos, lo hicimos…lo hicimos.
Due® 11.3.10
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Realmente bonito. Me gusta la cadencia de tu poesía.
Un saludo.
De este modo pasa la vida, besandonos las manos y descorriendo horizontes. Un saldo.
Un canto a la vida y a la cosecha que se hizo entre dos, aunque en los versos no escritos te delates como una mariposa clavada en un álbum.
A veces, mantenemos los colores, parecemos vivos, pero no podemos volar, tal vez por miedo o por cansancios y ambas cosas paralizan.
Así quedamos, venerando una cosecha pero sin vuelos, como un pájaro sin alas y sin memoria, pues no sabe que volaba, antes de quedar amnésico.
Un beso a tu alma
Publicar un comentario